En
menos de quince minutos ella estaba llamando la puerta de mi casa
insistentemente.
-¿Que
pasa?- Se preocupó por mi rostro poniendo una mano en mi mejilla.- ¡Cuéntamelo
venga!
Subimos
las escaleras de caracol a toda prisa para acabar en mi habitación ambas
sentadas encima de mi cama en postura de indio.
-¿¡Que
pasa!? ¿Porque tanto secretismo? ¿Y esa cara?- Tan solo preguntaba sin parar
antes de que me diera tiempo a contestar. Comencé mi relato, le conté todo con
pelos y señales, desde que llegué al campo de golf hasta que me fui, ella se
quedo más que sorprendida.
-Lo
he perdido Els, ya…Lo he perdido y para siempre.-Le dije como pude ya que
estaba ahogándome con mi propio llanto.
-No,
no digas eso, ya veras que todo se arregla, el no te ha dicho que no quiera
hablar, solo que por ahora no.-Dijo intentando consolarme pero era en vano, yo
seguía llorando y al parecer las lágrimas no querían dejar de salir.-¿Sabes que
te digo? Que esto no se queda así, ahora vuelvo.
-¿Pero
a donde vas?-Pregunté sorprendida por su comportamiento.
-A
un sitio, ahora vuelvo.-No me dejo contestar ya que al segundo salió de mi
habitación.
No
se lo pensó dos veces, y a paso firme abrió la puerta de cristal con el
tirador. Miró a todo el mundo, y no esperó a que alguien la invitara a entrar,
avanzó por el hall del club, hasta encontrarse con otra puerta que la conducía
a los campos.
-Perdone,
no puede pasar.- Carraspeó fuertemente un chico que vestía un uniforme.
-Debo
entrar.- Contestó ella amenazante. -Así que déjeme pasar.-El hombre negó con la
cabeza.-Por favor.-Puso en práctica su lado sensual intentando, así, que el
hombre la dejara pasar.-Es algo de real importancia, si no, no estuviera aquí,
se lo aseguro.-Era muy buena actriz entonces consiguió que el hombre la dejara
pasar.- Muchísimas gracias.-Sonrió y siguió su camino.
Lo
buscaba con la mirada hasta que lo encontró, un poco apartado de todo, sentando
en el césped y con sus manos en la cara, mi amiga sin pensárselo dos veces
avanzó hacia el y se colocó enfrente suya.
-Piensas
seguir aquí sentado ¿O vas a hacer
algo?- Él levantó la cabeza para ver de quien provenía la voz que le hablaba.-
Si, es a ti idiota.- Le dijo sin el mas mínimo pudor.- Levántate y dile que tu también
la quieres.- Lo miró desafiante.
-No
voy a hacerlo.- Contestó negativamente Niall, mientras miraba hacia otro lugar.
-¿Tu
eres gilipollas no?-Él la miró con el ceño fruncido.- ¿No te has dado cuenta de
que ella a intentado hablar contigo y explicártelo todo por activa y por pasiva?
¿Tú crees que si ella no te quisiera hubiera intentado hablar contigo? Lo de la
apuesta es culpa mía, yo la propuse porque sabía que a ella le gustabas tú.-Le
dijo mi amiga. Hubo un silencio incomodo hasta que mi amiga se agachó a la
altura de Niall.-Por favor, no sigas con esto, no quiero ver a ninguno sufrir y
como sigas así la vas a acabar perdiendo.
-Ella
me ha perdido a mi- Rehuyó de la mirada amenazante de Els.
-¿Estas
seguro de eso?- No respondió.-Dime Niall, ¿Estás seguro que te ha
perdido?-Dicho esto, Niall la miró.-Sabes perfectamente que aún la quieres, un
error lo tiene cualquiera y ella te ha querido desde el primer momento, ella no
quería hacer la apuesta pero yo la obligué, ella lo que menos quería es hacerte
daño Niall, así que, ve a su casa y arreglad las cosas.
Se levantó, titubeó un par de veces, y ella le
hizo un signo de aprobación con la cabeza. Tras esta señal, salió corriendo
atravesando todo el campo. Ella solo deseaba que llegara donde le había pedido.
En
ese momento yo estaba haciendo la comida, mi padre no volvería hasta tarde ya
que tenía una reunión así que comería allí. El horno hizo su peculiar sonido de
que la comida ya estaba lista para comer. Puse la mesa, para uno y empecé a
comer una rica lasaña que me había enseñado a hacer mi madre. Cuando terminé,
retiré la mesa y lavé los platos. Me senté en el sofá para ver que daban por la
televisión y de repente el fuerte sonido de alguien golpeando la puerta resonó
por todo el salón.
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