Miré
a través de la mirilla, y vi el perfecto pelo rubio de Niall y sus ojos azules.
Apoyé mi espalda en la pared, empecé a respirar muy fuerte, creía que me iba a
dar algo ahí mismo, cerré los ojos fuertemente y empecé a tranquilizarme y sin
abrir la puerta, le hablé.
-¿Que...Que
quieres Niall?- La voz se me empezaba a entrecortar, me faltaba poco para empezar
a llorar.
-Ábreme
por favor.-En su voz se asomó un tono suplicante. –Por favor Mel, ábreme.
-¿Para
qué? Para tratarme igual que antes.-Fue imposible contener las lágrimas al
decir esa frase. – ¿Para gritarme y tratarme como si no fuera nada?
-No
Melany, por favor. –Paró un momento. -Ábreme la puta puerta, por favor.-Repitió
con voz firme.
Me
aparté de la puerta, para girarme y abrirla, pero no quité la cadenita de
seguridad, lo que solo permitió abrirla para ver sus ojos y rápidamente bajar
mi mirada.
-Déjame
pasar, venga.- Dijo él en tono pausado.
-Dime
lo que quieras por aquí.- Suspiró fuertemente.
-¿Enserio
es necesario todo esto?
-Si, si lo es.-Contesté fría.
–No pienso arrastrarme más de lo que me he arrastrado.
-Melany por dios...-No le deje acabar.
-¡No Niall! ¡Por dios nada!-Esta situación me estaba cansando,
quería con todo mi corazón dejarlo entrar, pero por otra parte no, no después
de lo que me hizo.- ¿Pretendes que te deje entrar en mi casa después de no
escucharme y tratarme como si fuera una....Una cualquiera?
Niall
cerró la puerta. Y acto reflejó tomé el paño de esta para abrirla y encontrarme
su silueta apoyada en la pared contraria a la de mi puerta.
-Sabía
que abrirías si pensabas que me iba.- Fruncí el ceño.
-Vete
a la mierda.- Di media vuelta para adentrarme en mi
casa, sabía que el había entrado también ya que se escuchó como la puerta se
cerraba y como unos pasos me seguían. De repente unos brazos me dieron la
vuelta y me pegaron a su cuerpo pero me aparté fuertemente. -Ahora habla.-Le
dije cuando me aparté, crucé mis brazos y lo miré fríamente.- ¿Qué quieres?
-Lo siento, lo siento por lo de
ayer.- Caminó hacia mí, descruzó mis brazos y me pegó otra vez a su cuerpo y yo
otra vez me aparté.- No te di oportunidad de explicarte.
-¿Y ahora qué? ¿Lo vas a hacer?- Lo
corté. –No
entiendo que te ha dado ahora para que quieras escucharme.
-No, sigo sin querer escucharte. -Levanté una de
mis cejas.
-¿Y se puede saber qué mierda haces
aquí entonces? ¿Reírte de mí o qué? Vete Niall, vete, no quiero que estés aquí. –Lo
empecé a empujar hacia la puerta, ya es lo que me faltaba.
-Espera espera. –Decía
mientras me cogía por la cintura. –No quiero escucharte porque ya lo sé
todo.- ¿Qué ya lo sabía todo?
-¿Qué? ¿Cómo que ya lo sabes
todo?-Pregunté incrédula.
-Esta mañana, Eleanor ha venido y
me lo ha explicado todo, que ella fue la que propuso esa apuesta, porque,
yo…Bueno, yo.
-Porque tú me gustabas. –Suspiré.
– ¡Pero es que eso ya te lo dije Niall! Pero, o eres cortito o no sé. –Se rió
levemente.
-Lo
sé, pero en ese momento no quería escuchar nada, no quería escuchar la verdad.
Lo siento.
-
¿Y si yo ahora no quisiera perdonarte? –Le pregunté desafiante.
-No
descansaría hasta que lo hicieras. - En cuestión de tres segundos tiró de mi
brazo, para rozar nuestras narices suavemente, y rozar nuestros labios,
mientras me susurró un Empecemos de cero,
por favor. Instintivamente cerré los ojos. Y me dejé llevar por el besó que
siguió a esas palabras, sus labios se abrían paso entre los míos, mientras mis
manos entrecruzadas detrás de su cuello, hacían cosquillas en su nuca con la
yema de mis dedos. Sus manos bajaron de mi cintura para posarse en mi parte
trasera y apretarme más contra su cuerpo, provocando que yo arqueara mi espalda
mientras el se inclinaba encima de mi.
-Te quiero.-Susurró encima de mis
labios. Toda la tristeza que tenía acumulada de estos días se desvaneció nada
más escuchar esas dos palabras. Era increíble como dos simples palabras podían
arreglar una situación como la mía, pero claro, esas palabras tenían que ser
sinceras y estaba completamente segura que las de Niall lo eran.