Mientras
caminaba tuve que aguantar algún que otro piropo de hombres con una edad algo
avanzada, daban asco, yo simplemente hice oídos sordos, era lo mejor. Con la
mirada buscaba a Maura, la mejor amiga de mi madre, según mis padres sería ella
la que me recogería, pero al parecer, nada mas poner un pie en Mullingar, la suerte no me acompañó ya que lo vi a él.
Estaba bastante lejos de el pero lo reconocería a cualquier distancia. Suspiré fuertemente
y me encaminé hacia el. Iba lentamente pero, por desgracia, tarde o temprano
llegaría hasta el.
── Hola. ── Le dije cortante cuando llegué a
donde se encontraba el.
── ¿Melany? ── Me dijo enarcando una de sus
cejas.
── No, Katy
Perry. ── Le contesté volviendo los ojos.
──
Definitivamente, eres tu── Rió── ¿Cómo
estás? Dios cuanto tiempo── Me abrazó fuertemente y besó mis mejillas, yo tuve
que responderle, sin ganas, pero lo hice. ── Woow, has cambiado mucho. ── Dijo
mirándome de arriba abajo, por un momento me pareció que se quedó embobado.
── Bueno Horan,
deja de babear y vámonos.── Dicho esto cogí mis maletas y me dispuse a andar y
el iba detrás de mí cual perrito faldero.
── ¿Aun seguirás llamándome Horan? ¿No me puedes
llamar por mi nombre o qué? ── Cruzó sus brazos mientras andaba, esta vez, a mi
lado. ── Déjame que te ayude con las maletas. ── Se paró.
── Lo siento,
me gusta más Horan que Niall. ── Sonreí con suficiencia. ── No, puedo llevarlas
yo.
── ¿Si no? ── Dijo al ver como me las ingeniaba
para llevarlas. ── Dame una al menos.
── Está bien.
── Bufé para después pasarle una maleta. El camino hacia el coche fue
silencioso, yo tampoco me sentía con ánimos de hablar, y menos con el. Lo
odiaba, me hizo daño y el hacía como si nada.
Me acordaba
perfectamente, como si fuera ayer, fue cuando teníamos 16 años. En ese tiempo
estaba completamente enamorada de Niall, y según él, también lo estaba de mi,
éramos pequeños pero yo lo quería demasiado, mi primer beso fue con el, me
prometió que iba a estar siempre a mi lado y que no quería a nadie como me
quería a mi, pero de un día para otro todas esa promesas se fueron a Dios sabe
donde. Yo me fui al pueblo de mis abuelos, estuve solamente 2 meses, no quería
ir, tendría que estar separada de Niall, el me dijo que me esperaría y yo le
creí. Cuando volví me encontré con que tenia novia, Perrie, mi enemiga desde
que tenía uso de razón, ella siempre quiso ser más que yo, según mis amigas de
allí tenía celos de mí, de mi ropa y sobre todo, de que yo tenía a Nialler y
ella no. Niall intentaba hablar conmigo pero yo me negaba, no quería saber nada
que estuviera relacionado con el, y por su culpa, me convertí en lo que soy
hoy, que según mis padres, se define como una chica problemática
Estaba tan
sumida recordando esa parte de mi vida que ni me di cuenta de que el me estaba
hablando.
── ¿Me estas escuchando? ── Preguntó con un tono
de enfado en su voz.
── ¿Qué? ── Pregunté desinteresada.
── Nada,
déjalo. ── Volvió la cara para mantener su vista fija en la carretera,
aproveche para mirarlo, sin duda el también había cambiado, pero obviamente no
se lo diría como el hizo conmigo. Obviamente su físico había cambiado, ahora se
notaban más los músculos del brazo, su nariz no había cambiado, seguía siendo
perfecta, pero a la vez, imperfecta, sus labios, seguían siendo perfectamente
iguales, finos, fueron los primeros en besar los míos, aunque lo odie, el
primero beso nunca se olvida. Y ese perfecto pelo rubio alborotado, siempre que
tuve la oportunidad mis manos se perdían entre su pelo, tan suave al tacto. Y qué
decir de sus ojos, de esos ojos azules, parecían un arcoíris, eran azules pero
por dentro tenía pequeñas partes verdes, eran simplemente perfectos.
── ¿Se puede
saber que miras? ── Su voz burlona me sacó de mis pensamientos.
── ¿Qué que miro? El paisaje de tu lado Horan. ──
Dije mintiendo a la perfección, me merecí un Oscar.
── ¿Al paisaje, o a mí? ── Levantó repetidamente
sus cejas, por mi parte solté una fuerte carcajada.
── Tus ganas
Horan, tus ganas. ── Dicho esto volví mi cara hacía mi ventana, pero al parecer
el no quería acabar la conversación.
── Mi madre
se puso muy feliz al saber que vendrías. ── Dijo sonriendo pero sin mirarme.
── Yo también
quiero verla. ── Eso era verdad, no tenía nada en contra de Maura, ella era
como una segunda madre para mí, siempre se portaba genial conmigo y me trataba
como a la hija que nunca tuvo. Pasados unos cinco minutos Niall aparcó el coche
enfrente de su casa, como no reconocerla, no pude evitar mirar la mía, era la
de al lado, obviamente seguía siendo mía ya que a veces mis padres venían aquí
de vacaciones.
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