Con
un simple movimiento hice una llave con mis piernas en su cintura. El me cogía
de los muslos para no caer al suelo. Lentamente me tendió en su cama y se
acomodó encima de mí, esta vez más pegado a mí. Aún tenía echa la llave echa en
su cadera así que apreté mis piernas para sentirlo más cerca de mí, el soltó un
gemido, música para mis oídos. Su lengua recorría toda mi boca sin compasión
alguna. Yo rocé mi lengua con la suya y eso lo incitó a buscar la mía para
enzarzarnos en una lucha en la cuál no pensaba perder. Dejó de besar mis labios
para dirigirse a mi cuello. Según el, su sitio favorito de mi cuerpo. Sus manos
recorrían como locas mi cintura, se colaron por debajo de mi camiseta y empezó
a repartir mortales caricias a mi vientre. De un segundo a otro mi camiseta ya
no formaba parte de la escena así que yo no pensaba quedarme atrás. Llevé mis
manos hasta el inicio de su camiseta y la fui subiendo lentamente, mientras la
subía me deleitaba tocando sus bien formados abdominales hasta que por fin quité
su camiseta de en medio. Sus besos bajaron desde mi cuello hasta la loma de mis
pechos y eso provocaba que curvara mi espalda inconscientemente. Con un pequeño
movimiento ahora era yo la que estaba arriba, fui directa a sus labios y mordí
lentamente su labio inferior para después rozarlo con la punta de mi lengua.
Repartí húmedos besos por su mejilla hasta morder su cuello con pasión, rozaba
mi lengua en su piel mientras que el gemía y su mano, la cual estaba en mi parte
baja de la espalda apretaba ésta para apegarme mucho más a el. No me pude
resistir y mientras besaba nuevamente sus labios con lujuria movía mi cadera
lentamente sobre su entrepierna, esta vez, sus gemidos eran mucho más fuertes.
Baje mis besos verticalmente, besé cortamente sus labios para bajar por su
barbilla, pase mi lengua por su nuez y baje hasta besar su pecho hasta llegar
hasta sus pantalones. El estaba esperando a que se los quitara pero le hice
sufrir un poco, en vez de hacer lo que el esperaba subí nuevamente y le di un
beso en sus labios. El bufó y yo solté una risita. Bajé nuevamente y sin más ni
menos quité sus pantalones de la escena.
Gateé hacia arribar para besar de
nuevo sus labios, eran como una droga para mi a la cuál ya me había vuelto
adicta. Me cogió de la cintura y se sentó conmigo encima, subió sus manos por
mi espalda hasta toparse con el broche de mi sujetador, pero yo no quise que me
lo quitara, me daba vergüenza y él me respetó. Se dio la vuelta y me dejó
nuevamente abajo. Su mano reptó desde mi cintura hasta el inicio de mi short,
el no me hizo esperar, me lo quitó y lo lanzó a algún lado de la habitación.
Mis manos recorrían cada centímetro cuadrado de su pecho para después pasar a
su espalda en la cuál hincaba mis uñas debido a la excitación de esos momentos.
Ahora estábamos a la par, solo nos quedaban nuestra ropa interior inferior.
Llevé mis manos hasta el elástico de sus bóxers y estuve unos segundos jugando
con el hasta que lo que me pareció más conveniente en esos momentos fue
bajarlos, cuando no podía bajarlos más el se encargó de acabar con mi tarea.
Estaba a una prenda de dejar de ser una mujer, más bien de ser su mujer. Y no
quería que parara. Quería hacerlo y no me arrepentiría por que ahora estaba
segura de que el me quería igual que yo lo quería a el. Estaba tan concentrada
en mis pensamientos que ni me di cuenta de que ya estaba completamente desnuda
delante de el. Niall estiró su mano y abrió el cajón de su mesita de noche.
Sería una estupidez preguntar que estaba haciendo cuando era más que obvio. No quería
acabar como Perrie y tener que abortar. Cuando Niall ya estaba completamente
listo abrió un mis piernas y se colocó entre ellas.
──Te
quiero.──Me dijo en un suspiró.
──Y…Y
yo.──Le contesté con la mayor verdad. Una vez dicho esto entró en mí con la mayor
lentitud y delicadeza del mundo. Ya no había vuelta atrás, ¡dios como dolía!
Unas lágrimas se escaparon de mis ojos por culpa del maldito dolor y al parecer
Niall se percató de ellas.
──Lo…Lo
siento.──Se disculpó mientras se movía lentamente. Yo solo atine a abrazarlo
fuertemente, sabía que el dolor pasaría así que me propuse seguir su ritmo.
Pasaron unos minutos y ya no sentía el más mínimo dolor así que Niall aumentó
la velocidad de sus movimientos. Sin duda esto era lo mejor que me había pasado
nunca. Los dos gemíamos fuertemente, el escondía su cara en mi cuello mientras
que yo estaba abrazada a su espalda e hincaba mis uñas en ella. Cuanto más
tiempo pasaba más agitados estábamos y más fuertes eran nuestros gemidos, sentí
como estaba a punto de llegar a ese punto del cual todas mis amigas hablaban y
noté que Niall estaba a punto también ya que estaba tenso igual que yo. Con mi
mano busqué la suya para que la entrelazara con la mía, al entrelazarla, volvió
sus movimientos mucho más rápidos y los dos soltamos un gemido mucho más fuerte
y más profundo que los demás, habíamos terminado juntos. Lo más bonito del
mundo.
Dejó caer su cabeza en mi pecho, abrí mis ojos y solo pude ver su
perfecto pelo alborotado. Nuestras respiraciones estaban agitadas a más no poder.
Ya pasó, ya era de Nialler y solamente de el. Había echo el amor con el. Listo, era suya, el era mío. Con
sumo cuidado salió de mí y se dejó caer en la cama, a mi lado. Cogió mi mano y
se la llevó a sus labios para besarla. Volteé mi cabeza para mirarlo y me puse
de lado. El se levantó un poco y nos tapó con la sábana, pasó su manos por mi
cintura y me apegó a el.
──Te
quiero.──Le dije mientras apoyaba la cabeza en su pecho.
──Yo
más.──Me dijo.
──
¿Tu más? Há, no me hagas competir que no estoy como para eso.──Al decir eso reímos
a la par. Me dio un beso en el pelo y a los pocos segundos caí en un profundo
sueño.
Unos
pequeños rayos de sol se filtraban por la ventana de la habitación. Abrí
lentamente mis ojos y me encontré con la perfecta cara de Niall. ¡Dios quería
despertarme todos los días así! Recordé lo de anoche y sonreí por inercia. No
sé cuanto tiempo estuve observando sus facciones, pero eran perfectas, su cara,
todo el parecía esculpido por el mismísimo Miguel Ángel. Levanté mi mano y
acaricié lentamente su mejilla derecha y con mi dedo pulgar acaricié sus
labios. Me quedé pensado en lo ocurrido ayer, aún no me podía creer que pasó
eso, estuve tan ciega por el dolor que prácticamente destrocé mi vida. Me
acerqué a Niall y le di un corto beso en los labios, este por su parte gruñó y
reí bajito. Su mano que estaba aferrada a mi cintura subió hasta mi espalda y
me apretó contra el.
──Buenos
días princesita.──Me dijo dulcemente, definitivamente quería despertar todos
los días así.
──Buenos
días.──Le contesté mientras hundía mi cabeza en su pecho para deleitarme con su
aroma, tan suyo.
──
¿Cómo has dormido?──Me preguntó con doble sentido sonriéndome de lado.
──Genial,
perfectamente.──Le contesté sincera.──Aunque me duele todo el cuerpo.──Al decir
esto de repente sus mejillas se volvieron rojas como un tomate. Besé sus labios
para que se tranquilizara, a estas alturas no debería de avergonzarse.── ¿Qué
hora es?──Pregunté interesada.
──Déjame
ver.──Me dijo mientras buscaba su móvil.──La una y media. Durmamos un poquito
más.──Se colocó de lado nuevamente y me aferró a el yo carcajeé.
──Ya
es tarde Nialler, vamos, levántate.──Cogí un cojín y le pegué en la cara con
el. El sólo me abrazó mucho más fuerte.──Vamos, ¡levántate, cuando me duche
quiero verte abajo eh!──Me senté en la cama y envolví mi cuerpo con una de las
sábanas y me levanté, Niall cogió rápidamente mi brazo y me tiró encima suya,
reímos ante ese acto. Besó mis labios lentamente, capturaba mi labio inferior y
rozaba su lengua con la mía.
──Te
quiero mucho.──Me dijo entre besos. Al escuchar esas palabras noté en mi
estómago unos cosquilleos enormes.
──Y
yo.──Besé sus labios y me levanté. Cogí mi ropa y me volví hacia el.── ¡Te
quiero abajo eh!──El asintió y se levantó. Salí de su habitación y me adentré
en la mía para tomarme una ducha fría.
Mientras
quitaba cualquier rastro de sudor de mi cuerpo recordaba lo que pasó ayer
nuevamente. Fue simplemente perfecto, y lo más importante, es que fue con el
hombre perfecto. Terminé de ducharme, sequé mi cuerpo y me vestí. Cuando
ya estaba completamente lista bajé y en la cocina estaba Niall.
──Muy
bien Nialler, así me gusta, obediente.──Reí mientras el se levantaba de la
silla y yo me acercaba a el, me abrazó por la cintura, rodeé su cuello con mis
brazos y depositó un suave beso en mis labios. Probar sus labios ya se había
convertido en una droga para mí. Me había vuelto adicta a sus labios. Ahora el
tabaco no significaba nada comparado con el sabor de sus labios. Niall seguía
besando mis labios. Me cogió por la cintura y me sentó en la encimera y empezó
a proporcionarme mortales besos en mi descubierto cuello.
lkñajtklhtlñkahgañlkhglñkhlñkgh joder! tenías razon con eso de que nos iba a gustar...Madre mía!
ResponderEliminarDiós, justo en el día de hoy...Que feliz me has hecho meelaany!
Esquee ha sidoo taan....P-e-r-f-e-c-t-o que no tengo ni palabras, es que solo me sale kdhagsgkhaslgkhslkg!
Pegas? como alguien diga que hay voy y lo mato por meentiroso!
Ha merecido la pena esperar tanto la verdad:)
Hay una cosa que me ha hecho bastante gracia la verdad y es que no puedo no ponerlo.
''Sería una estupidez preguntar que estaba haciendo cuando era más que obvio. No quería acabar como Perrie y tener que abortar. '' jajajajaja di que si, siempre con protección que luego pasa lo que pasa:)
y bueno, solo quiero decir que me ha encantado no, Lo siguiente:)
Aprovecho para deeecirte quee feelicidaadees direectioner, que ya son doos añooos con eestoos chicooos:)
Unbeesazoo