lunes, 11 de junio de 2012

Capítulo 13.


Les di un último abrazo para después girarme hacia Niall, éste se despidió de las chicas y tomamos rumbo a casa.

── ¿No me piensas contar cómo te ha ido? ──Me preguntó bromeando. Realmente estaba tan sumida pensando en qué hacer que al hablarme pegué un pequeño saltito. Por suerte el no se dio cuenta.

── ¿Qué? Ah…Muy bien, si, genial. ──Le contesté sinceramente. ──Estoy muy feliz, las echaba de menos.

──Me alegro. ──Sonrió ampliamente, cada día que pasaba me enamoraba más de su sonrisa.

──Deberías de sonreír más. ──Le dije sin pensar, rápidamente me llevé la mano a mi boca pero en pocos segundos la quité, el no decía nada. ──Perdona…Pero es la verdad, aparte de aunque tengas aparatos eso no quiere decir que tu sonrisa sea fea ni mucho menos y también te has vuelto más serio…Antes te reías por cualquier gilipollez y ahora, te sigues riendo pero no tanto como yo recuerdo──Le confesé sin darme cuenta que había comenzado la primera conversación pacífica desde que estoy aquí.

──Eso es porque no te ha dado tiempo a verme reír aunque…Puede que tengas razón. ──Se limitó a decir.

──Pero, ¿por qué? Tú antes, no eras así, eras igual de loco que yo. ──Al decir esto los dos carcajeamos.

──Desde que te fuiste pasaron cosas, y supongo que por eso me he vuelto más serio. Aunque sigo riéndome por gilipolleces ehh──Rió. Siempre con la intriga, ¿tanto le costaba decírmelo todo de una vez? ¿O que pretendía?

── ¿Se puede saber qué cosas? ──Era una cotilla, lo reconozco, pero por una vez me interesaba algo que tenga que ver con Horan. Llegamos al aparcamiento y nos subimos en el coche, el ni si quiera me respondió, entonces comprendí que puede que no quisiera contármelo así que mantuve mi boca cerrada hasta que llegamos a casa.

──Cariño, ¿Cómo te ha ido? ──Me preguntó Maura tan dulce como siempre.

── ¡Genial! Más que genial. Me ha hecho muy bien verlas de nuevo.

──Si, recuerdo que nunca os separabais. ──Intervino Greg mientras salía de la cocina y vino a darme un enorme abrazo el cuál yo le correspondí gustosa.── ¿Qué pasa enana? ──Me preguntó mientras alborotaba mi pelo.

── ¡No me llames enana! Solo nos llevamos cuatro años. ──Le dije  ofendida. Volví mi cara hacía atrás y Niall no estaba, miré para todo lados y no había rastro de él.

── Ha subido. ──Me dijo Greg en un susurro.

──Gracias. ──Le di un beso en su mejilla izquierda y subí arriba. Como supuse Niall estaba en su habitación pero primero entré a la mía para ponerme el pijama. Una vez lista me dirigí a la habitación de Niall, debíamos terminar con la conversación de antes. Cuando llegué titubeé unos segundos, ¿tocaba o no tocaba?  
No dudé más y di dos golpes en su puerta y en poco tiempo abrió su puerta para dejarme ver toda su perfecta anatomía, solamente llevaba unos pantalones cortos y tenía su torso desnudo, tenía delante de mí la más preciosa escultura del mundo. Sacudí levemente mi cabeza para volver a la realidad.

── ¿Puedo pasar? ──Le pregunté, posiblemente no quería verme.

──Claro. ──Se hizo a un lado para que pudiera pasar. Cuando me di la vuelta lo sorprendí mirándome de arriba abajo, no tenía que haberme puesto este pijama aunque mi cuerpo no era para se quedara así la verdad.

──Quería hablar contigo. ──Le dije para que despertara de su trance.

── ¿De? ──Preguntó haciéndose el tonto, sabía perfectamente de que.

──Vamos Niall, ¡sabes perfectamente de que! ──Le dije lo más obvia posible.

── ¿Qué quieres que te diga? ──Me preguntó después de suspirar fuertemente y sentarse en su cama.

──Pues, por qué te has vuelto tan serio, que cosas habían pasado para que te volvieras así.

──No tengo por qué decírtelo. ──Me contestó realmente borde. ── ¿Te pregunté yo por qué tú te has vuelto así? Fumas, bebes, ni estudias, yo no te he pedido explicaciones, estoy en mi derecho de no dártelas a ti, ¿no?

── ¿Pero qué te pasa? Hace unos minutos estabas bien y ahora me hablas así, ¿quién te crees? ──Esto ya había llegado a su límite. ──Tú no eres nadie para hablarme así, además, ¿desde cuando juzgas a la gente por lo que hace? Tú no eras así, ¿después dices que la que ha cambiado soy yo? JÁ, que risa. ──Solté sin pensar. Él simplemente se quedó callado, bajó su cabeza y su mano derecha se encontraba en su nuca, cuando hacía eso solo había dos salidas: o estaba nervioso, o arrepentido.

──Lo siento. ──Definitivamente arrepentido. ──De verdad, lo siento, no sé, que me ha pasado.

──En una cosa si que no has cambiado. ──Me quedé unos segundos callada y me acerqué a el, cogí su mentón y levanté su cara para que me mirara. ──En hacer las cosas y después pedir perdón. ¿Por qué no piensas antes de decir nada? Te irá mejor. ──Le sonreí. Al hacerlo parece que se tranquilizó, ya que sus facciones se relajaron inmediatamente. Lentamente posó una de sus grandes manos en mi cintura y me apegó a el, esta vez no opuse resistencia, pues ya tuve que reconocer lo que era obvio, no había olvidado a Niall y las ganas que tenía de besarlo, abrazarlo y sentirlo solamente mío y de nadie más. Mis manos estaban en su pecho, no para apartarlo si no para subirlas hasta sus hombros y después abrazar su cuello para tenerlo mas cerca de mí.  Su mano libre recorrió desde mi cintura hasta mi cuello. No me pude resistir, quizás me arrepentiría después pero en ese momento lo que me pareció más lógico fue apoderarme de su labio inferior.

No hay comentarios:

Publicar un comentario