Les
di un último abrazo para después girarme hacia Niall, éste se despidió de las
chicas y tomamos rumbo a casa.
── ¿No me piensas contar cómo
te ha ido? ──Me preguntó bromeando.
Realmente estaba tan sumida pensando en qué hacer que al hablarme pegué un pequeño
saltito. Por suerte el no se dio cuenta.
── ¿Qué? Ah…Muy bien, si,
genial. ──Le contesté sinceramente. ──Estoy muy feliz, las echaba de menos.
──Me alegro. ──Sonrió ampliamente, cada día que pasaba me
enamoraba más de su sonrisa.
──Deberías de sonreír más. ──Le dije sin pensar, rápidamente me llevé la mano
a mi boca pero en pocos segundos la quité, el no decía nada. ──Perdona…Pero es la verdad, aparte de aunque
tengas aparatos eso no quiere decir que tu sonrisa sea fea ni mucho menos y
también te has vuelto más serio…Antes te reías por cualquier gilipollez y
ahora, te sigues riendo pero no tanto como yo recuerdo──Le confesé sin darme cuenta que había comenzado
la primera conversación pacífica desde que estoy aquí.
──Eso es
porque no te ha dado tiempo a verme reír aunque…Puede que tengas razón. ──Se limitó a decir.
──Pero, ¿por qué? Tú antes, no
eras así, eras igual de loco que yo.
──Al decir esto
los dos carcajeamos.
──Desde que te fuiste pasaron
cosas, y supongo que por eso me he vuelto más serio. Aunque sigo riéndome por gilipolleces
ehh──Rió. Siempre
con la intriga, ¿tanto le costaba decírmelo todo de una vez? ¿O que pretendía?
── ¿Se puede saber qué cosas? ──Era una cotilla, lo reconozco, pero por una vez
me interesaba algo que tenga que ver con Horan. Llegamos al aparcamiento y nos
subimos en el coche, el ni si quiera me respondió, entonces comprendí que puede
que no quisiera contármelo así que mantuve mi boca cerrada hasta que llegamos a
casa.
──Cariño, ¿Cómo te ha ido? ──Me preguntó Maura tan dulce como siempre.
── ¡Genial! Más que genial. Me
ha hecho muy bien verlas de nuevo.
──Si, recuerdo que nunca os
separabais. ──Intervino Greg mientras salía
de la cocina y vino a darme un enorme abrazo el cuál yo le correspondí gustosa.── ¿Qué pasa enana? ──Me
preguntó mientras alborotaba mi pelo.
── ¡No me llames enana! Solo nos
llevamos cuatro años. ──Le
dije ofendida. Volví mi cara hacía atrás y
Niall no estaba, miré para todo lados y no había rastro de él.
── Ha subido. ──Me dijo Greg en un susurro.
──Gracias. ──Le di un beso en su mejilla izquierda y subí
arriba. Como supuse Niall estaba en su habitación pero primero entré a la mía
para ponerme el pijama. Una vez lista me dirigí a la habitación de Niall,
debíamos terminar con la conversación de antes. Cuando llegué titubeé unos
segundos, ¿tocaba o no tocaba?
No
dudé más y di dos golpes en su puerta y en poco tiempo abrió su puerta para
dejarme ver toda su perfecta anatomía, solamente llevaba unos pantalones cortos
y tenía su torso desnudo, tenía delante de mí la más preciosa escultura del
mundo. Sacudí levemente mi cabeza para volver a la realidad.
── ¿Puedo pasar? ──Le pregunté, posiblemente no quería verme.
──Claro. ──Se hizo a un lado para que pudiera pasar. Cuando
me di la vuelta lo sorprendí mirándome de arriba abajo, no tenía que haberme
puesto este pijama aunque mi cuerpo no era para se quedara así la verdad.
──Quería hablar contigo. ──Le dije para que despertara de su trance.
── ¿De? ──Preguntó haciéndose el tonto, sabía
perfectamente de que.
──Vamos Niall, ¡sabes
perfectamente de que! ──Le dije lo más obvia posible.
── ¿Qué quieres que te diga? ──Me preguntó después de suspirar fuertemente y
sentarse en su cama.
──Pues, por qué te has vuelto
tan serio, que cosas habían pasado para que te volvieras así.
──No tengo por qué decírtelo. ──Me contestó realmente borde. ── ¿Te pregunté yo por qué tú te has vuelto así?
Fumas, bebes, ni estudias, yo no te he pedido explicaciones, estoy en mi
derecho de no dártelas a ti, ¿no?
── ¿Pero qué te pasa? Hace unos
minutos estabas bien y ahora me hablas así, ¿quién te crees? ──Esto ya había llegado a su límite. ──Tú no eres nadie para hablarme así, además,
¿desde cuando juzgas a la gente por lo que hace? Tú no eras así, ¿después dices
que la que ha cambiado soy yo? JÁ, que risa. ──Solté
sin pensar. Él simplemente se quedó callado, bajó su cabeza y su mano derecha
se encontraba en su nuca, cuando hacía eso solo había dos salidas: o estaba
nervioso, o arrepentido.
──Lo siento. ──Definitivamente arrepentido. ──De verdad, lo siento, no sé, que me ha pasado.
──En una cosa si que no has
cambiado. ──Me quedé unos segundos
callada y me acerqué a el, cogí su mentón y levanté su cara para que me mirara. ──En hacer las cosas y después pedir perdón. ¿Por
qué no piensas antes de decir nada? Te irá mejor. ──Le
sonreí. Al hacerlo parece que se tranquilizó, ya que sus facciones se relajaron
inmediatamente. Lentamente posó una de sus grandes manos en mi cintura y me
apegó a el, esta vez no opuse resistencia, pues ya tuve que reconocer lo que
era obvio, no había olvidado a Niall y las ganas que tenía de besarlo,
abrazarlo y sentirlo solamente mío y de nadie más. Mis manos estaban en su
pecho, no para apartarlo si no para subirlas hasta sus hombros y después
abrazar su cuello para tenerlo mas cerca de mí.
Su mano libre recorrió desde mi cintura hasta mi cuello. No me pude
resistir, quizás me arrepentiría después pero en ese momento lo que me pareció
más lógico fue apoderarme de su labio inferior.
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