Capítulo 15.

Niall POV

Me armé de valor y bajé mi mano hasta el inicio de su short. Cuando conseguí quitarlo lo lancé a Dios sabe dónde, poco me importaba en ese momento, en el momento en que la tenía en ropa interior debajo de mí. Me tomé la libertad de mirar su cuerpo, había cambiado tanto, ya no era la niña de hace tres años, ahora era una mujer, la mujer más perfecta de este mundo, la deseaba, la deseaba de una manera diferente a hace tres años, ahora deseaba que fuera mía, hacerla mía. Tenía sus defectos pero para mí era lo más perfecto que existía en el planeta Tierra.

Dejé de observarla ya que no quería incomodarla así que me dediqué a besar su cuello al completo y a oír sus pequeños gemidos sobre mis oídos, eso me incitaba a no parar. Rocé mi lengua por cada parte de su cuello, le daba pequeños mordiscos, probablemente le dejaría marca, aunque así todo el mundo sabría que es solamente mía.

Estaba tan sumido en mis pensamientos que ni me di cuenta de que mis pantalones cortos ya no formaban parte de esa escena, Melany se había encargado de quitarlos y ni yo mismo sabía como lo había hecho.

Abrió sus piernas para después entrecruzarlas en mi cadera, al hacerlo apretó sus piernas y esto hizo que estuviéramos mucho más cerca, así que ella podía notar perfectamente que mi “amigo” estaba feliz. Con un ligero movimiento hizo que ahora estuviera abajo mientras ella estaba sentada en mi cadera, me miró por un momento pude notar también la excitación que había en sus ojos. Se acercó a mí y empezó a besar mi cuello.

Con besos recorría mi cuello igual que yo lo hice con el suyo. Pasaba su lengua por mi nuez y la besaba lentamente. Volvió al lado derecho de mi cuello para besar mi cara.

Mis manos recorrían su espalda y se atrevieron a pasar por su trasero para después cogerla fuertemente de sus muslos. Estuvieron jugando un rato allí hasta que subieron arriba y empezaron a jugar con el broche de su sujetador.

En el momento en que casi desbrochaba el último broche del sujetador tocaron a mi puerta fuertemente. Melany se levantó tan rápido que casi se caía de la cama. Cogió su ropa y se metió en el cuarto de baño de mi habitación.

──S… ¿Si?—Pregunté con la voz entrecortada.

── ¿Niall está Melany ahí? ──Preguntó mi inoportuno hermano.

──Si, si es…Esta aquí, ¿por qué? ──Cuestioné nuevamente.

──Dice mamá que bajéis a cenar. ──Me contestó con un voz traviesa, éste sabía perfectamente que no estábamos simplemente hablando.

──Es…Está bien, ahora bajamos. ──Le dije mientras intentaba calmar mi respiración.

──Vale, pero no hay prisas eh.──Dijo riendo, que cabrón era.

── ¿Puedo salir ya? ──Preguntó Melany desde dentro del baño.

──Si. ──Le contesté. Dicho esto salió con el pijama puesto en su sitio. Me acerqué a ella mientras ella me miraba y la abracé por la cintura para después besar cortamente sus labios. Me atreví a hacerlo otra vez pero su dedo me detuvo. ── ¿Qué? ──Pregunté mientras elevaba una ceja.

──Es…Es que, esto, no…No puede ser Niall. ──Tartamudeó, yo simplemente no salía de mi asombro.

──Pe…Pero, ¿por qué?

──Porque no Niall. ──Se separó de mí. ──Yo, no quiero volver a pasar por lo mismo Niall, lo…Lo siento. ──Me dijo con la voz entrecortada y con sus ojos brillantes mientras se acercaba a la puerta, cogió el picaporte, abrió la puerta y perdí de vista su cuerpo.

Cogí mi cabeza con mis dos manos y las pasé frustradamente por mi pelo. ¡Era imbécil! ¿Por qué? ¿Por qué tenía que ser tan directo? ¿Por qué no podía esperarla? ¿Por qué tenía que forzarla? Estaba claro que ella aún no se sentía segura conmigo e iba yo y metía la pata hasta el fondo. Recogí mi ropa y la coloqué en su correspondiente sitio.

Antes de abrir la puerta suspiré fuertemente y bajé para cenar. Una vez que estuve abajo miré para todos lados, y mi mirada se paró en la mesa donde estaba sentada ya cenando. Pude ver como sus ojos estaba de un color algo rojo, ¿estuvo llorando? Si fue así no me lo perdonaría nunca, la hice llorar una vez y no pretendía hacerlo más.

Melany POV.

Salí corriendo de su habitación, antes de bajar me detuve en el baño para soltar las lágrimas que se habían acumulado en mis ojos. ¿Por qué era tan imbécil? ¿Por qué lloraba? Pero la mayor pregunta de todas, ¿por qué me dejaba hacer lo que el quisiese? ¿Por qué cuando me besa no le pego una hostia y listo? No, yo tengo que seguirle.

Limpié con furia mis ojos y lavé mi cara, aun así mis ojos seguían rojos.  Bajé lentamente la escalera y Maura me dijo que me sentara para cenar así que eso hice.