Capítulo 4.

Caminé por el pasillo hasta la que sería mi nueva habitación en todo el verano, me tiré en la cama, no pensaba ordenar la ropa, por lo menos por ahora, después por la noche lo haría. No pasó mucho tiempo hasta que mis ojos se cerraron.

Niall POV.

­­­ ── Me alegro por ti, me voy a ordenar la ropa. ­­­ ──  Al decir eso no me dejó ni tiempo para contestar, ya había salido por la puerta de mi habitación, suspiré, no le podía reclamar que fuera así de borde conmigo, me lo tenía merecido, pero ella tampoco daba de su parte y no me dejaba explicarle lo que pasó, necesito decírselo ya, han pasado 3 años de aquello y seguía intranquilo.

Titubeé unos segundos, ¿iba a su habitación y se lo contaba sin importarme lo que ella dijera o me esperaba? Obviamente iba a elegir la primera opción, pero después pensé que podría estropearlo todo, ya encontraría el momento perfecto para contárselo.

Metí la guitarra en su funda y la guardé cuidadosamente en el armario, si le pasara algo me moriría, fue el mejor regalo del mundo, aún recuerdo cuando me la regaló, fue en mi trece cumpleaños.

Flashback

­­­ ──  ¿Niall? ­­­── Preguntó abriendo la puerta de mi habitación.

── Pasa. —Me di la vuelta y vino corriendo hacía mi para después abrazarme.

── Felicidades. ── Susurró en mi oído para después darme un beso en la mejilla. ── Toma. ── De detrás de su espalda sacó una guitarra preciosa.

── ¡No! ¡No me lo puedo creer! ¡Es la que quería! ¡Gracias! ── La abracé fuertemente. ── Te quiero, gracias, es preciosa. ── Dije mientras observaba esa preciosa guitarra.

── De nada, sabía que la quería y pues, te la mereces. ── Me dijo con su preciosa sonrisa.

Fin del Flashback

Ese cumpleaños fue simplemente el mejor. Después de meter la guitarra en el armario escuché como mi madre me llamaba así que no tuve otra que ir al piso de abajo. Salí de mi habitación y me encaminé hacia las escaleras pero, tuve el impulso de pararme en la puerta de Melany. Coloqué mi mano derecha en ella, suspiré y me dirigí hacia abajo.

Melany POV.

Abrí mis ojos lentamente, ni cuenta me había dado de mi pequeña siesta, miré mi móvil, las siete y media. Una vez despierta me levanté y me dispuse a colocar mi ropa en el enorme armario que tenía esa habitación, sin duda Maura había pensado en todo.

¡Listo! Toda la ropa ordenada, accesorios y demás colocados. Me encaminé hacia la mesita de noche para coger mi paquete de tabaco y mi mechero preferido, saqué un cigarrillo y lo encendí.

Me senté en el gran ventanal que tenía esa habitación y empecé a disfrutar de mi cigarrillo. Dadas unas cuantas caladas, la puerta de la habitación sonó fuertemente.

──  ¿Mel? ── Sin duda esa voz no era de Maura.

──  ¡Pasa! ── Le contesté alzando mi voz. Dicho esto la puerta se abrió.

──  ¿Quieres cenar? La comida está lis…── No terminó la frase así que lo miré, tenía el ceño fruncido, entró en la habitación y cerró la puerta. ── ¿Se puede saber que haces? ── Preguntó sorprendido.

──  ¿Qué estoy haciendo? ── Ahora yo estaba confundida.

──  ¡Esto! ── Me contestó señalando el cigarro.

──  ¡Ah! ¿No lo ves? Es un cigarro, ¿quieres uno? ── Ante todo siempre era educada.

── Se perfectamente lo que es, y no, no quiero ninguno. ── Una vez que terminó de hablar me quitó el cigarro de las manos y lo tiró por la ventana.

──  ¡¿Pero qué haces?! ──  ¿Quién se creía que era para hacer eso?

──  ¿Tú estás loca? ¿Desde cuándo fumas? ── Preguntó exaltado.

── ¿Y a ti que te importa? ── Ahora era yo la que estaba exaltada.

── Pues fíjate que si me importa, porque mientras estés en mi casa ni pienses que vas a fumar. ── No me dejo reclamar cuando cogió el paquete de tabaco y se lo guardó en el bolsillo trasero de su pantalón.

── ¡Horan, devuélvemelo ahora mismo! ── Le ordené mientras me acercaba amenazantemente a el

── Ni lo sueñes. ── Contestó imitando mi misma acción. De nuevo, estábamos a escasos centímetros. Estaba tan cerca que noté como nuestras respiraciones se mezclaban y se fundían en una sola.  Colocó sus manos en mi cintura y me pegó mas a él, sacó su mano derecha de su anterior sitio para llevarla a mi mano, jugó un poco con mis dedos para después acariciar mi brazo hasta llegar a mi cuello, el cuál cogió dulcemente, sin hacerme daño. Rozó nuestras narices con toda la ternura del mundo, abrí un poco mis ojos, el los tenía complemente cerrados, entreabrió un poco sus labios mientras acortaba la distancia que nos separaba, pero antes de que llegará a su objetivo una dulce voz nos interrumpió.

── Melany, Niall, ¡bajad a cenar! ── Salvada por mí querida Maura. Niall abrió sus ojos azules como el cielo y se separó un poco de mi pero en ningún momento soltó mi cuello, pero de eso me encargué yo.

── Lo que me has hecho no se quedará así Horan. ── Le dije refiriéndome al paquete de cigarros. Acto seguido me separé de él y crucé el umbral de la puerta para bajar corriendo las escaleras.