viernes, 31 de agosto de 2012

Capítulo 11.


Cuando ya estaba en el segundo piso  me dirigí al baño a hacer mis necesidades y a lavarme la cara, necesitaba hacerlo, eso me ayudaba a pensar y a aclarar las ideas. Cuando ya estaba en mi cuarto, me tiré a mi cama y cogí el mando de la televisión, sinceramente no transmitían nada bueno, solo programas del corazón, algo que me pone enferma. Bufé apagando el aparato electrónico. Y me senté en forma de indio en medio de la enorme cama de matrimonio. Sacudí la cabeza varias veces hasta que me dispuse a saltar de un boté del colchón al suelo. Me cambié mi ropa por una camiseta ancha que me llegaba exactamente por debajo del culo, no dejaba mucho a la imaginación.

Introducí el CD en el reproductor y seguidamente apreté el play. En ese momento sonaba Take You Down de Chris Brown, amo esa canción y lo amo a el y lo seguiré haciendo hasta el fin de mis días.

Para mí la música lo era todo, al revés que mi madre, ella era amante del golf, bien, pues yo lo era de la música, me pasión era cantar, siempre me quise dedicar a eso, pero, ya me veis, apuntada en unas estúpidas clases de golf. Asentí con la cabeza contando internamente los compases de la melodía que me sabía de memoria, cuando la voz empezó a sonar no dude en empezar yo también con mi serenata y como no, intentando bailar como Chris.

Nadie nunca me había oído cantar, bueno si, mi padre, pero él no contaba. Para él todo lo hacía bien y no tenía ningún valor su opinión al respecto. Sinceramente odiaba que mi padre fuera así, no me iba a enfadar si me decía que cantaba mal. Estuve prácticamente 2 horas cantando y bailando, en mi lista de reproducción pasaron canciones desde Michael Jackson, Rihanna, más Chris Brown, Demi Lovato, me gustaba todo tipo de música, eso si el heavy o rock duro lo odiaba. Oí como la puerta de la entrada se cerraba, mas no me inmuté papa debería haber llegado. Seguí con mi "atareada" faena de cantar a pleno pulmón, cuando la puerta se abrió de la nada.

-¿Se puede saber qué....?- No terminó la frase. Me di la vuelta rápidamente y creo que mi boca llegaba al suelo, mis ojos parecían dos platos y mis mejillas estaban como dos tomates maduros, imaginaos, estaba con una camiseta que se me veía todo.

-¿Se puede saber que haces aquí Niall?-Pregunté alterada mientras cogía una chaqueta que había por ahí, lo sabía, no estaba desnuda ni mucho menos, pero iba muy ‘’destapada’’.

-Definitivamente, me encanta el verano, con tal de verte así.-Me dijo mordiéndose el labio inferior. Si ya estaba muerta de vergüenza ahora ¡mucho más!-Estas preciosa cuando te sonrojas.- ¡Dios, para!

-No me has contestado, ¿Qué haces aquí?

-Tu padre.- Se recargó en el marco de la puerta antes de seguir con la explicación.- Me ha invitado, como la otra vez tuvo que irse...- El contacto visual no se había perdido entre los dos.

-Bien, ahora bajo la música, ya puedes irte.- Dije sin hacer caso a lo que me había contado.

-¿Por qué me tratas como si fuera una mierda?-Se incorporó, cerró la puerta y se dirigió hacia mí.

-¿Yo? Yo no te trato de ninguna forma.-Dije “sorprendida”, tenía razón, lo trataba así pero no podía darle a entender que era una chica fácil.

-Cantas genial.-Cambió de tema repentinamente para después colocar un mechón rebelde detrás de mi oreja. No pude evitar reírme. -¿Por qué te ríes?-Preguntó con la confusión en sus palabras.

-Lo dices por cumplir, vamos admítelo.-Le contesté mientras que con mi puño le daba un pequeño golpe en su hombro.

-Es enserio, ¿dudas de mis palabras?-Se hizo el ofendido.- Yo me limité a negar con la cabeza.-Te apasiona la música.-Afirmó.

-Exactamente.

- ¿Y no has pensado en cantar?-Me cogió de la mano mientras me guiaba a mi cama para sentarnos.

-Pero si ya lo hago, me acabas de escuchar.-Dije bromeando.

-No tonta.-Me dijo con mi mismo tono.-Profesionalmente.

-Claro que lo he pensado pero, como ya te conté el otro día, mi madre quería que fuera como ella, ella amaba el golf, yo la música.

-Pero…Se supone que tú tienes que hacer lo que te gusta ¿no? Por cierto, yo también canto y toco la guitarra.

-Se supone Niall.-Suspiré.- ¿Enserio?-Le pregunté sorprendida.-Un día me tienes que cantar una canción. -Reí y el me secundó pero al rato se puso serio.

-Trato hecho…Puede que no quieras hablar de esto, pero, ¿Qué le paso a tu madre?

-Cáncer…-Noté como mis ojos se empañaron nada más recordarlo, mire hacia abajo, Niall cogió mi mentón para que lo mirara.

-No llores peque.-Dicho esto me abrazo con todas sus fuerzas. Como ya te dije, no puedo ver a una chica llorar, y más, si eres tú.-Eso ya me tocó la vena sensible. Lloré más fuerte pero lo miré.

-¿Y qué tiene que ver que sea yo? ¿Qué tengo yo de especial? Además, seguro que también se lo dices a tu novia.

Se quedó mudo, durante unos instantes, tan solo frotaba mi pelo, y yo tenía mis ojos perdidos en algún lugar de la pared, disfrutando del momento, pues era la primera vez que hablaba seriamente con Niall, y parecía tener el don de escuchar a los demás.

-No arruines el momento hablando de esto.- Dijo tras la larga pausa. ¿Que no lo arruinara? Debía hacerlo, pues mis sentimientos estaban en juego, y la apuesta también.

-Lo siento...- Ni me moví de mi posición, mientras él me rodeaba con sus brazos acabando con un abrazo realmente tranquilizante.-Baja abajo, mi padre debe estar preocupado.- Soltó su cobijo mientras yo me aparataba, mientras nos quedábamos mirando a los ojos, él tan solo arqueó una ceja.- Me cambio y bajo.- Sonreí fingidamente. Asintió con la cabeza, y resopló al levantarse, pues yo aún estaba medio recostada encima su pecho.

-Nos vemos ahora.- Sonrío.-No te escaparas ¿verdad?- De nuevo curvó sus labios, le devolví el gesto y le hice un ademán para que se fuera tranquilo.

jueves, 30 de agosto de 2012

Capítulo 10.


Con la total confianza siguió con su tarea, mientras que mi tonta persona se dejaba hacer lo que el quisiera en vez de apartarlo y pegarle una hostia de las mías, pero estaba disfrutando de ese momento que Niall me estaba dando. Con un poco de cordura cogí sus manos para sacarlas de ahí y llevarlas a mi cintura. 

Fue al oír la puerta del vestidor abrirse, cuando reaccioné, di un respingo, apartándolo con todas mis fuerzas, provocando que acabara con su espalda contra las taquillas. La señora mayor que había entrado nos miró algo incrédula, bajé la mirada. Solté unas simples buenas tardes, agarré mi bolsa, y salí corriendo de allí, dejándolo él dentro. Intente caminar lo más rápido que mis piernas me permitieron aunque fue en vano.

-Que sepas que esto no se queda así.- Susurró en mi oído para darme un beso en la mejilla. Giré mi cara para mirarlo y le respondí con mi ceño fruncido mientras el no quitó su sonrisa torcida de encima, volví mi cara y seguí mi camino a casa. Entré en casa, y un “hola” sonoro se escapó de mi boca, seguido de un suspiro pero nadie contestó, estaba sola en casa. Dejé las llaves en el cenicero del mueble de la entrada y subí las escaleras, entrando en mi habitación totalmente distraída, tiré una patada ligera a la puerta del baño, para que se abriera, y dejé la bolsa. Cuando una voz carraspeó varias veces.

-¿Hola?- Preguntó justo detrás mío. Reconocía esa voz.

-¡Els! Me has asustado. ¿Que haces aquí?- Dije girándome mientras le sonreía.

-Doce días, y dieciocho horas.- No me contestó, tan solo tenía la mirada fija en el teléfono táctil.

-Hola Els, ¿cómo has estado en este día y medio que no se nada de ti? Yo he estado muy bien gracias por preguntar.-Le dije con una ligera capa de ironía en mi voz y como contestación ella solo rió.-Tengo que contarte unas cuantas cosas, no te imaginas lo que tu querida amiga a podido conseguir en menos de dos días.-Le dije con aires de superioridad.

-Pues, ¿a que esperas?-Dijo impaciente.

No pudo quitar la cara de asombro desde el mismo instante en que en la explicación se cruzaron las palabras, Niall, beso, cuello, sin camisa... Y todos los adjetivos posibles para describir tales escenas vividas tanto en el comedor de mi casa, como en el vestuario.

-Dios, no me lo puedo creer, ¿enserio te dijo que no le importaba la novia?

-Has escuchado bien.-Dije con aires de superioridad.

-Me sorprendes Mel, realmente me sorprendes, estas a un paso de conseguir que deje a la “sin curvas”.

-No estoy muy segura de que la deje, recuerda que me dijo que esto era solo un juego y que quería a la novia.

Tomó mis manos entre las suyas, y me miró fijamente.

-¿Un juego?- abrió sus ojos. Mientras yo asentía con la cabeza.-Lo...siento.- Se levantó de golpe.- Yo, de verdad lo siento, olvida la apuesta, olvídala...-Abrió el bolso nerviosa saco el Iphone dispuesta a borrar la nota añadida casi hacia dos días antes.-Tu lo quieres.-Intenté gesticular palabra, pero con su mano me negó ese derecho.-Y por más que me digas que no, no voy a creerte...Así que olvida la apuesta, solo saldrás herida de aquí y yo no quiero ser la causante de eso, me sentiré mal toda mi vida.-Me dejo trastornada pero antes de que saliera por la puerta la agarré del brazo.

-¿Saldré herida por qué?

-Mel, es mas que obvio que a ti te gusta, y si seguís con estos encuentros te acabaras enamorando y si según el es un juego, dime, ¿tu que ganas? ¡Nada! Así que mejor olvídalo, ¿vale? Hagamos ver que nunca hubo nunca esa apuesta.-Definitivamente tenía toda la razón.

-¡No!- Grité antes que apretara el botón "Delete" de su teléfono.- No me gusta.- Me miró de reojo, no me iba a creer.-Bueno...A lo mejor si...-Puso los ojos en blanco.-Pero ¿Y si esta es la única manera de estar cerca de él?- Se dejó caer en mi cama sentándose.

-¿Lo prometes?- Dijo mirando el suelo y jugando con sus zapatos.

-¿Que tengo que prometer?- La miraba aún desde mi altura, pues yo no me había sentado.

-Prométeme que no te vas a enamorar de él, que solo eso... Solo será tensión sexual...- Tragó saliva fuertemente.-Prométemelo...

-T...Te lo pro…prometo.-Tartamudeé mientras miraba hacia abajo.

-Melany…-Me replicó.

-¡Esta bien! ¡Te lo prometo!-Dije mas convencida y mirándola a la cara.

-Vale, pero que conste que ha sido decisión tuya, yo te he intentado advertir y proteger, no quiero que sufras ¿vale?-Dicho esto me estrechó fuertemente es sus brazos. Abandonó la casa al cabo de unas horas, con la excusa que había quedado con Louis.

Encaminé mis pies hacia la cocina, donde el reloj enorme de pared marcaba las siete de la tarde. Papa no estaba, y tardaría en llegar, así que tenía un rato para mi sola.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Capítulo 9.


Entré en el campo andándome con pies de plomo, no lo veía, por el momento buena señal, pero al llegar a la altura del tercer hoyo lo vi con un palo de golf en la mano, lanzando la bola a metros lejos, cogiendo otra y repitiendo anterior acción de nuevo.  

Decidí no llamar la atención hasta no encontrarme lo suficientemente cerca. Iba lo mas despacio que podía pero el camino no era tan largo así que llegué.

-Buenos días.-Le dije sin mirarle a la cara mientras soltaba mi bolsa, el dejó de jugar y se giró a verme.

-Buenos días, hoy ninguno de los dos llegamos tarde hoy.-Dijo riendo mientras yo sacaba el palo de golf.

-No, hoy no.-Esta vez lo miré a la cara, esta vez no me intimidaría. Sonrío, coloco una nueva bola en el soporte, y así dio comienzo a la clase de ese día. Sin ni tan siquiera nombrar lo que había pasado anoche, lo cual fue un absoluto descanso para mí y supuse que para el también. Tan solo hablábamos de lo "estrictamente" relacionado con la clase, o con el golf.

Del cual me di cuenta que no sabía la gran parte. La hora ya pasó así que recogimos nuestras cosas.

-Nos vemos mañana.-Dicho esto me guiñó un ojo, no Niall ha acabado la clase, no empieces ahora.

-Hasta mañana.-Giré sobre mis talones y me dirigí a los vestuarios de la otra vez, al parecer, y por suerte, la ‘’sin curvas’’ no fue a recoger a su querido amado. Saqué la toalla, e hice tiempo pretendiendo buscar algo en mi bolsa, pues habían dos chicas apunto de salir y quedaría vacio. 

Al segundo de cerrar ambas la puerta, tomé el jabón y la esponja para encaminarme a las lujosas duchas, el agua salía tan ardiente que en seguida el vapor empaño gran parte del enorme vestuario. Cuando ya tenía todo mi cuerpo sin rastro de suciedad cogí la toalla y sequé mi cuerpo para después ponerme mi ropa interior, coloqué la toalla alrededor de mi cuerpo y salí de la ducha, me acerqué a mi bolsa en busca de mi ropa pero escuché un ruido que me alarmó, aunque no le di importancia. 

Con la ropa en mano me senté en la banqueta que se situaba justo en medio de la estancia, y de nuevo el ruido se escuchó. Me levanté de un respingo.

-¿Hay alguien?- Pregunté cogiendo fuertemente mi toalla. Pero nadie contestó.-Me senté de nuevo. Seguramente eran los casilleros que del calor se contraían y hacían ese ruido. 

Cuando ya tenia toda mis vestimentas en su sitio cogí el asa de mi bolsa pero de repente alguien me cogió por la cintura y empezó a besar mi cuello lentamente, y esos besos ya los conocía, Niall. Me di la vuelta y ahí estaba, me separé un poco de el.

-¿Se puede saber que haces?-Crucé mis brazos y lo miré levantando una de mis cejas.

-Terminar lo que dejamos a medias ayer.-Contestó obvio para de nuevo abalanzarse sobre mi cuello.

-Ayer no empezamos nada, así que hoy no podemos continuarlo.- Le dije apartándolo con una de mis manos, aún que realmente no quería hacerlo.

-No te hagas la que se resiste, se que lo estas deseando.-De nuevo se acercó mientras mordía su labio inferior. ¡Dios este niño me quiere matar!

-¿Tu que te crees? ¿Que eres un dios griego o algo así al que nadie se le puede resistir o que?-Dije lo mas irónica que pude.

-Sinceramente nadie se me había resistido antes.

-¡Oh que honor! Soy la primera que lo hace, me merezco un Grammy ¿no crees?-Le di la espalda, mientras él no se movía de su posición anterior. Puse todas las cosas dentro de la mochila, me giré, y antes de irme de frente suyo le sonreí. -Hasta mañana.- Di media vuelta, y me encaminé hacia la puerta. Pero mucho antes de llegar a esta, Niall me tomó del brazo.

-Ni te creas que te escapas de aquí.- Hice un movimiento brusco para que soltara mi brazo, pero fue un esfuerzo en vano ya que el tenia mas fuerzas que yo y al parecer esta vez la estaba usando mas que nunca, con el simple objetivo de no soltarme, con su otra mano cogió mi cuello, ahora si que me fue imposible soltarme. Lentamente soltó mi brazo y con esa mano me acarició mi mejilla izquierda. Su aliento dulzón se mezclaba con el mío, ahora me sujetó de la cintura pegando nuestros cuerpos para que ni una pequeña brisa de aire pasara por ahí. -No te dejaré ir así de fácil…-Susurró sin apartar su mirada de mis ojos, parecían buscar alguna cosa en ellos pues no paraban quietos.

Lentamente besó mis labios, mientras yo rodeé con mis manos su nuca, dejando caer tras su espalda la bolsa. Sus manos se posaron en mi espalda y no paraba de acariciarla.

martes, 28 de agosto de 2012

Capítulo 8.


De nuevo repitió la posición del inicio, de cuando se fue mi padre, apoyándose en el mármol. Sonrió torcidamente, y dejó ir una pequeña risa. Puso una mano encima sus ojos. Tapándolos por completo.

-De verdad, me lo he pasado bien.- Puso un dedo en la salsa que estaba cocinando y lamió su dedo sin pudor alguno mientras yo lo miraba incrédula.-La mejor cena en años.- Sonrió de nuevo.

-¿Tu tienes conciencia? ¿No te da pena tu pobre novia?-Dije mientras una sonrisa se escapaba de mis labios.-Sinceramente daría lastima ser una cornuda, ¿no crees?

-Pues, en este preciso instante.-Rodeó la barra y se puso detrás de mí agarrándome fuertemente de la cintura y apartando mí pelo para atrás.-No me importa para nada mi novia.-Dicho esto empezó a dar mortales y húmedos besos en mi cuello.

-Tu estas loco.-Me volví para quedar frente a frente, pasé mis manos por su pecho, para después cruzar mis brazos detrás de su perfecto cuello mientras jugaba con su pelo rubio, tan suave al tacto. El me besó delicadamente, no tenían nada que ver con los besos salvajes y pasionales de hace escasos minutos, ahora estaban llenos de ternura.

-No...No Niall...- Le dije entre beso y beso, y muy a pesar de lo que en verdad quería... - Tu la quieres a ella no a mi...- Me zafé de sus brazos y lo miré un tanto mas apartada y con temor. Temor a lo que me contestara.

-Si, la quiero. Pero ¿Y que? De ese juego nadie va a salir dañado.- ¿Que nadie saldría dañado? ¿Y yo qué? Sabía perfectamente que iba a salir dañada de esto aunque no quisiera aceptarlo. Se volvió a acercar rozando sus labios con los míos, sin llegar a besarnos, mientras nuestras frentes se juntaban, caminamos varios pasos yo hacia atrás, y el hacia adelante, hasta tropezarnos con la otra parte de la encimera. - Además ella de esto no tiene porque enterarse... Tan solo... Matamos el tiempo.- Dicho esas últimas palabras beso mis labios agachándose un poco para estar a mi altura.

-Niall, ya....bas...basta...-Dije entrecortadamente, pues mientras besaba mi cuello sus manos se habían posado en mis muslos subiendo y bajando rápidamente, y eso me estaba desconcentrando.

-¿Por...qué?-Dijo sin sacar ni un momento sus labios de mi cuello. No se de donde saqué la fuerza pero lo empujé hasta conseguir que se separara de mi, lo bastante para correr unos pasos lo suficiente para estar fuera del alcance de él, y correr si era necesario. Miró su reloj.

-Tengo que irme. Me esperan.- Se excusó. ¡Oh si! lo había olvidado, su novia. Dijo mi voz interior.

-Si, es... Es tarde.- Sonreí forzadamente, y me encaminé hacia la puerta, la abrí y el salió a fuera, pero no se movió de allí.- ¿Adiós?- Tomó mi cuello y me besó recorriendo mi cavidad bucal con su lengua.

-Adiós. Nos vemos mañana en la clase.- Susurró en mi oído. Y ahí me quede yo, en la puerta, como una tonta. Cerré la puerta y me senté en el sofá. Cogí mi cabeza con las dos manos mientras mis codos estaban apoyados en mis piernas. ¡Dios! ¿Pero que había sido eso? Vale, vale sabía perfectamente que había sido eso, pero Dios santo, ¡que tiene novia! Sabía que la apuesta entre Els y yo era eso, que cortara con la “sin curvas”, pero yo aún estaba completamente en shock. ¿Con que cara iba a mirarlo mañana? 

Me levanté de golpe, anduve por la habitación. Lo había decidido, no iría. Cabeceé varias veces, y de nuevo apreció la maldita voz interior. ¿Te vas a rendir así? ¿Ya está todo?

-¡Oh por dios! ¡Cállate!-Dije en voz alta. No quería ser el segundo plato, porque era eso lo que iba a ser, pero también sabía que tenía razón, si no me presentaba el pensaría que para mi significó algo, y no podía mostrar mi debilidad delante de él. Debía ir allí como si nada hubiera pasado esa noche. Escuché como se abría la puerta, mi padre había llegado, perfecto ahora me preguntaría por su querido Niall.

-Melany, ¿Dónde está Niall?-Como lo suponía.

-Se a tenido que ir papa, tenia que hacer unas cosas.-Dije subiendo las escaleras.

-¿Habéis cenado?-Oh si papá prácticamente me come a mi.

-Si, ahora si me disculpas me voy a dormir, estoy muy cansada ¿vale? Mañana me cuentas que ha pasado en el restaurante.

Me tiré en la cama literalmente, y al sonar el despertador la mañana siguiente, me di cuenta que me había quedado dormida tal y como la noche anterior me desplomé en la cama. Tomé una ducha, y me vestí con uno pantalones cortos, una camiseta y unas cómodas converse. Bajé con la sorpresa de no encontrarme a papá, en su ausencia había una nota encima de la mesa de la cocina.

Cariño me he ido mas temprano porque tenemos que seguir arreglando el desastre de la cocina, ayer me fui porque uno de los hornos echó a arder. Cuando vuelvas no creo que esté así que en la nevera tienes la comida. Te quiero.

Ay, este hombre, tan atento como siempre, sin el ahora mismo no sería nadie. Termine de desayunar y salí de mi casa rumbo hacia mi, casi segura, muerte. Exageraba, lo sabía, pero era lo que había. 

lunes, 27 de agosto de 2012

Capítulo 7.


-Que te gusto.-Me respondió con su perfecta sonrisa torcida.

-¿Qué me gustas?-Muy a my pesar me separé de él, aunque lo peor era que no sabia si el estaba en lo cierto o no.-Por Dios, ¿gustarme? ¿Tu? ¡Já! Por favor Niall tienes novia, ¿Cómo me vas a gustar? Puf.-Sin duda alguna estaba temblado, definitivamente, me gustaba.- ¿Se puede saber por qué dices eso?

-Solo hay que ver tu reacción.-Dijo soltando un carcajada.

-¡Eres gilipollas!- Le dije haciendo un movimiento brusco de mi mano para que me soltara.- ¡Vete!- Le grité mientras andaba hacia la puerta.

Bajé los dos escalones que separaban la cocina del comedor y me dirigí a la entrada, abrí la puerta de par en par, y le hice un ademan con la mano.

-Vete.-Le dije insistentemente, pero no movió ni un musculo de su cuerpo.- Te he dicho que te vayas.

-¿Y si no quiero?-Se cruzo de brazos, anduvo hasta el comedor y se sentó en el brazo del sofá. Este niño ya me estaba hartando, cerré la puerta fuertemente lo cual provocó un gran ruido. Me acerqué a el y le planté cara.

-Pero a ver, ¿quién te has creído que eres para venir y hacer lo que quieras en MI casa?

Me tomó por mi dedo índice que lo señalaba amenazador y negó con la cabeza. Me quedé muda. Tiró del dedo, cogiendo por consiguiente mi muñeca, y con su otra mano, la mano que me quedaba libre. Con facilidad logró coger ambas con una sola mano, y puso su dedo índice sobre sus labios, para indicarme que siguiera callada.

Mantenía su postura anterior, estaba sentado en el brazo del sofá, y sin apartar la vista de mis ojos, ni yo de los de él. Bajo una de sus manos hacia mi cintura y me apegó fuertemente contra el. “¡Pero Niall que tienes novia! ¿Por que haces esto?” Pensé para mi misma, aunque a decir verdad, en ese momento lo que menos me importó era la “sin curvas”. Me soltó las manos para que así yo pudiera abrazarlo por el cuello y afianzar bien el abrazo. Pude sentir su dulce aliento mezclado con el mío, sus labios estaban entreabiertos, con su perfecto color rosado. Sonrió, y antes que tuviera tiempo a cerrar los ojos sus labios chocaron con los míos. 

Me quedé perpleja, pero si  no le importaba a mi muchísimo menos. Reaccioné cuando su lengua pidió permiso para entrar a mi boca, al cual deje libre albedrio girando levemente mi cabeza para que pudiera entrar cómodamente. Noté como se separaba poco a poco de mí. ¿Pero que hacia? ¡Estaba siendo el  mejor beso de mi vida! Hasta que cayó en el sofá. Tomando mis brazos para que lo acompañara en su acción. De un momento a otro estaba debajo suyo, mientras el me acariciaba dulcemente mi mejilla izquierda, puse mis manos en su cuello y lo acerque a mis labios para capturarlos lentamente, primero el inferior y luego el superior, el, por otra parte, con su mano derecha acariciaba sensualmente mi cintura, levantando mi camiseta hasta debajo de mis pechos y luego bajaba hasta mi muslo y lo cogía con deseo, mientras que con el otro brazo aguantaba su propio peso. Decidí cambiar las posiciones, no se como lo hice pero conseguí que Niall quedara abajo mío. 

Observaba cada detalle de su fisonomía, no podía ser fruto de algo natural, era de otro mundo. ¡Estaba segura! Me tomó de sorpresa cuando se levantó levemente y besó fugazmente mis labios, pero lo suficiente para animarme a abalanzarme sobre su cuello. De nuevo el estaba sentado y yo hacia una llave con mis piernas al rededor de su cintura, mis manos rodeaban sus hombros, subiendo y bajando, mientras mi boca se depositaba en cada sitio que podía para besarlo y morderlo suavemente. Estaba absorta mordiendo cada lunar que me encontraba en mi camino, con mi lengua barría cada parte de su perfecto cuello, definitivamente este chico era perfecto, y lo tenia encima mío besando mi hombro desesperadamente, como si el mundo fuera a acabarse. 

Sin perder el contacto visual se deshizo de mi camisa, la cual decoraba el suelo junto a la suya, rápidamente, su vista se posó en mi busto, lo cual me dio algo de vergüenza ya que hacía mucho que no estaba en esa situación con nadie. Con mis manos corrí a juntar sus labios de nuevo con los míos, pues no quería que siguiera mirándome de esa manera. Una de sus manos se posó delicadamente encima de uno de mis pechos, y comenzó a reseguir la prenda que lo cubría. Dejé de besarlo de golpe, lo mire a los ojos, le di un pequeño beso y al segundo me levanté, me puse la camiseta, y me dirigí a la cocina, como si nada hubiera pasado. Dándole la espalda, y sin tan siquiera girarme ni una vez, para mirar con que cara se había quedado.

-¿Pero que haces?-Me dijo ya con su camiseta en su correspondiente sitio, aun con la respiración agitada. ¿Por que me has dejado así?-Pregunto señalando a su “amigo” cosa que me hizo reír fuertemente.-No tiene gracia.-Se acerco a mi y me cogió nuevamente por la cintura. Juntó nuestras frentes y cerró los ojos.

-Hay muchas razones por la cual te he dejado “así”.-Le conteste haciendo gestos con las manos.

-¿Como cuales?-Preguntó sin apartarse de mí.

-Una- Le dije mientras con el dedo índice le mostraba el numero uno y le tocaba la punta de su nariz.- Tienes una novia, a la que quieres mucho.- Dije resaltando las ultimas dos palabras.- Dos, en cualquier momento, puede entrar mi padre, por esa puerta y tres, no soy el segundo plato de nadie- Le dije mientras me deshacía de su abrazo forzado, y me iba dispuesta a seguir cocinando.



domingo, 26 de agosto de 2012

Capítulo 6.


Debía estar de lo más convencida de lo que decía, tanto lo que hacía, porque tan pronto salimos del restaurante del hotel me dejó en casa, no sin antes avisarme de que la apuesta seguía en pié, y que tenia dos semanas. ¡Como olvidarlo! Bufé al cerrar la puerta de su coche. Entré sin saludar a papá, pero el tampoco lo hizo.

-Vístete, tenemos un invitado a cenar.- Dijo sin ni tan siquiera mirarme. Pasó una hoja del enorme periódico que ojeaba.- En dos horas llegará.- Y así dio la noticia por dada. No le pregunté quien era, porque seguro que sería algún compañero suyo del trabajo, lo que nunca entendí es ¿por qué tenía que estar yo presente? ¿Que no tenía bastante con mandarme a clases de golf que también aburrirme con sus cenas? Pero, no había otra opción.

Subí a mi habitación para así poder ducharme, y de nuevo tomé un baño relajante. Cuando salí de la ducha dispuesta a vestirme oí la voz de mi padre diciéndome que el invitado había llegado.

-Perfecto, y yo sigo aún si saber que ponerme.-Dije en voz alta. Abrí el armario, y cogí unos pantalones de pitillo, con una blusa de tiras apretada bajo del pecho y luego ancha, con decoraciones veraniegas. Arreglé mi peló para dejarlo completamente liso. 

Cogí el tirador de la puerta me sujeté a él y me coloqué las sandalias. Pues papá no repetía las cosas dos veces, y si lo hacia, había llegado al punto critico. Me mire por ultima vez al espejo, ropa, pelo, y maquillaje perfecto, ahora si estaba lista para bajar. 

Baje las escaleras lentamente, no tenia animo alguno para aburridas cenas. Cuando llegue al salón no encontré a nadie, así que supuse que estarían en la cocina, donde comíamos siempre ya que era bastante amplia. Iba despacio, sin ninguna prisa, además ¿para que? ¿Para escuchar aburridas conversaciones sobre el restaurante? Me asomé por la puerta de la cocina y vi que mi padre estaba de pie delante el invitado por lo cual me fue imposible verlo, mi padre se dio la vuelta.

- Melany, ¿te caíste de la bañera o que?-Solo respondí con el ceño fruncido. Me acerqué sonriendo, pues para nada quería montar un numerito delante del invitado. Cogí la silla que tenia mas cerca con una sola mano le di la vuelta y me senté en ella.
-Perdón- Dijo papá.- Nos he presentado. Aún que no hace falta que lo haga.- Me guiñó un ojo. ¿A que venia esto? -Dejó paso libre a mí vista, moviéndose de delante de la persona que había llevado a cenar a casa. Levanté la ceja lo más que pude. ¡No podía estar pasando esto!

-¿Y tu que haces aquí? ¿Me sigues o que?-Dije sin pensar, ¡pero por Dios! ¿Que hacía el aquí? ¡En mi casa! Esto era increíble.

-Primero, tu padre me invito y segundo, yo no te sigo.-Contestó con su sonrisa torcida que cada vez me encantaba más.

-¿Hay algún problema chicos?-Preguntó mi padre, algo incrédulo, claro el no sabía que también me lo encontré en el restaurante.

-No papa, tranquilo no hay ninguno.-Le conteste sonriendo sinceramente.

Me levanté, le di un beso en la mejilla a mi padre, y con la excusa de ir a hacer la cena desaparecí de la vista de ambos, pues la concina tenia dos niveles, la gran mesa, una pequeña escalera que daba a la barra americana con los fogones y demás instrumentos para cocinar. Los dos reían y hablaban tomando una Coronita fría directamente de la botella. No podía evitar pensar en la apuesta, pues bien pensado ya que él estaba en mi casa podría aprovechar para empezar con ella, si es que no quería perder ante Els.

Pues sus apuestas eran de armas tomar. De repente escuché a mi padre.

-Niall, me ha llamado un compañero del trabajo y es urgente al parecer una parte de la cocina a echado a arder.- ¡Dios! ¿Pretendía dejarme sola con el o que?-Vete con Mel de mientras, ¡cuídamela eh!-¿Qué me cuide? ¿Pero de que iba este hombre?

-Tranquilo señor, no le pasara nada, esta en buenas manos.- ¿Qué estaba en buenas manos? ¡Dios esto es desesperante! No paraba de dar vueltas por la barra cogiéndome la cabeza con las manos.

-Así me voy mas tranquilo, dile que no se a que hora volveré, así que, no me esperéis para cenar, adiós muchacho.-Segundos después, se escucho la puerta cerrarse. Respiré.

-Uno, dos y tres,-Conté bajito, y al llegar al último numero, él llegó hasta mi altura, tomó una manzana del frutero, se giró apoyando sus codos en el mármol frio de la cocina, mientras, yo a su lado, cocinaba haciendo ver que no me había percatado de lo que pasaba.

-Tu padre se ha ido.- Dijo cuando hacia ya un buen rato que había hecho acto de presencia sin abrir la boca.

-Lo sé.- Cortantemente le contesté.-Lo he oído.- Seguía sin mirarlo a la cara.

-¿Se puede saber por que eres tan borde conmigo?-Me dijo exaltado.

-¿Qué?-Le respondí dejando de cocinar.- ¿Yo borde contigo? No se de donde has sacado tal tontería.-Le respondí tranquila.

-Si, no te hagas la que no pasa nada, en el restaurante, igual, ¡borde, borde y más borde!-Exclamó rascándose su nuca.

-¿Sabes? Tu no eres NADIE para decirme borde, además.-esta era la mía.- ¿tanto te importa como sea contigo?-Le pregunté acercándome peligrosamente mordiendo mi labio inferior. Puso sus manos encima mis hombros y me apartó unos centímetros de él.

-No te pongas así, tan solo quería asegurarme que no te pasaba nada conmigo.- Respiré tranquila, me giré y volví a coger el cuchillo para seguir con la tarea.

-Me alegra que lo veas así.- Sonreí sin mirarlo.

-Pero ahora veo que si que te pasa algo...- Tomó la muñeca con la cual tenia el cuchillo cogido, y automáticamente lo dejé caer encima de la encimera. Tiró de ella provocando que me girara y los dos quedáramos mirándonos.

-Y según tu, ¿Qué es lo que me pasa?-Susurré sobre sus labios, ya solo nos separaban unos pocos milímetros de distancia, pero yo no hice nada, el solo se encargó de morder mi labio inferior, me quedé perpleja







Capítulo 5.


Después se acercó a mí para darme dos besos, los cuales me dejaron tildada ahí mismo.

-Buen punto.-Imité su actuar, nos mirábamos a los ojos, al parecer ninguno la quiso apartar, pero la “sin curvas” de su novia interrumpió nuestro momento. Si, la “sin curvas” así la había apodado.

-Su comida.- Interrumpió a la vez el mismo camarero que nos había acompañado a la mesa. Niall bajó su mirada, y con la mano hizo un gesto de adiós, para situarse en una pequeña mesa para dos justo en diagonal nuestro, al fondo de la sala. Su acompañante quedaba de espaldas a mí, y él me veía perfectamente.

-¿Vas a comer? ¿O vas a esperar a que se te enfrié?- Dijo mi amiga al ver que seguía con la mirada perdida en el final de el comedor.

-¿Que?-Dije totalmente ida.-Perdona es que estaba en otro sitio.

-Si, y ese sitio esta en el fondo del comedor, en la mesa donde esta tu amigo, ¿se puede saber de que lo conoces?-¿Tan obvia soy? Mi amiga levanto una de sus cejas esperando una contestación de mi parte, así que le conté todo, desde que llegó al club de golf, mi sueño casi erótico, hasta hoy mismo.

No fue hasta que terminé mi larga explicación con lujo de detalles, cuando ella tomó su bolso, saco su Iphone y me sonrió.

-¿Te acuerdas cuando éramos pequeñas y jugábamos al verdad o prueba? -Asentí con la cabeza algo extrañada. ¡¿Es que acaso había ignorado todo lo que le había contado, para después decirme si me acordaba de un absurdo juego?!

-¿Y a que viene esto? No me estabas escu...- No me dejó terminar, cuando hizo un gesto con su mano, sin mirarme, de que cerrara el pico.

-Esta vez, nos vamos a saltar la parte de “Verdad” e iremos directamente a “Prueba”.-Eso me asustó no sabía que pretendía.

-¿Se puede saber que pretendes?-Dije levantando mis brazos.

-Lo que pretendo es simple, tu.-Dijo señalándome.-y yo, vamos a hacer una apuesta.

-¿Una apuesta?-Pregunté incrédula.- ¿Y en que consistirá tu maravillosa apuesta? -Rió, le dio al bloc de notas de su aparato electrónico, tecleó rápidamente. -Sencillo.- Dijo leyendo.-Harás que Niall rompa con su novia.- Apartó la vista del aparato un momento para ver la reacción de mi cara, la cual tan solo mostraba asombro. Sonrió gratificantemente y siguió leyendo.- Y acabarás tú con él.

-Per...- No acabé la palabra.

-Tienes 2 semanas. Si no tendrás que hacer algo por mi, ya se me ocurrirá.- Me guiñó el ojo.- En verdad sabes que te estoy haciendo un favor.

-¿Pero que favor ni que nada?-Dije alzando la voz, al parecer grite fuerte porque hasta Niall me miró-¿¡Tu estás loca!?-Pregunté esta vez, susurrando.- ¡Yo no puedo hacer eso, no puedo romper una relación!

-Si, puedes, y estas deseando quitarte a esa “sin curvas” como tu la llamas de en medio.-Me contestó, repito, ¿tan obvia era?

-Vale, no te niego que no, pero no se, no me veo capaz.

-Mel, tu eres capaz de conquistarlo, lo sé, si no, no hubiera propuesto esta apuesta. Por dios, eres mil veces mejor que esa, eres mucho más guapa y aunque ella sea más delgada que tu, tu al menos tienes curvas.

Suspiré, necesitaba ir al baño a aclarar mis ideas. Me levanté y caminé por la moqueta de la sala, hasta llegar a una esquina, donde vi el cartel que indicaba la situación del sito que yo buscaba. Me lavé las manos, lo necesitaba. Tenía tan solo dos semanas para romper la relación de Niall y su novia, y hacer que él se interesara por mí. Pero ni tan siquiera tenia claro si el me gustaba. Me rondaban tantos pensamientos en mi cabeza, Niall, mamá...

Salí del baño y me dirigí hacia nuestra mesa, no sin antes haber revisado la mesa de Niall, en la cual ya no había nadie. Justo en ese momento me acorde de algo que podía ser mi salvación.

-Hay un pequeño detalle del cual te has olvidado.-Le dije a mi amiga, mientras me sentaba, ella me miro incrédula.-Si, un gran pequeño detalle del cual nos hemos olvidado, y por ende no puedo hacer esa apuesta.

-No te preocupes, de ese “pequeño” detalle ya me ocupo yo.-Dijo subiendo y levantando rápidamente sus cejas, a lo cual yo bufe, ya estaba decidido, de esta no me libraba.

sábado, 25 de agosto de 2012

Capítulo 4.


Por suerte no había nadie allí, así que supuse que me podía duchar con tranquilidad, y así, poder pensar tranquilamente en lo sucedido hace escasos minutos. ¿Por qué Niall no me había dicho que tenía novia? Por dios Melany, ¿te estas escuchando? Niall no tiene por que decir que tenia novia osea, el no es nada tuyo como para decirte bueno Melany, tengo novia. Solo lo conocía de ¿un día y medio? Si, un día y medio, hasta podía decir que menos. Escuche como mi móvil empezaba a hacer su aparición con Let’s Go de Calvin Harris y Ne-Yo, un temazo vamos. Cogí una toalla y me la puse alrededor de mi cuerpo, fui hasta mi bolso y lo cogí.

-Dime Eleanor, ¿pasa algo?

-Si, ¿quieres venir ahora a comer a fuera?

No hace falta decir que en menos de cinco minutos me vestí algo decente, y arreglé mi pelo como pude. Al llegar a la puerta de cristal apareció tras ella, una chica de pelo marrón, llegándole por el pecho y unos ojos verdosos. Tomó mi brazo sin decirme ni una palabra, para arrástrame consigo como si de un bolso me tratara. No paró de andar ni un tan solo segundo, ni me dirigió la palabra hasta que no llegamos delante de un lujoso hotel.

Se bajó las gafas un poco, para mantener contacto visual fuera de esos cristales ahumados, y con ellos me indicó que entrara. Así que eso hice, sin mas dilación entre al hotel, era enorme con una lámpara gigante, al estilo araña colgaba del techo, y para no variar, gente adinerada, en estos dos últimos días solo veía a gente así, por dios eran como una plaga. 

Mi amiga estaba hablando con el que llevaba el restaurante, nos hizo un ademán con la mano; Podíamos pasar.  Esa sala era  mas enorme incluso que el hall del hotel, aunque había una pequeña diferencia, allí no había tanta gente adinerada. El mozo nos acompaño con una sonrisa en los labios hasta nuestra mesa, nos ofreció las cartas. Al girarse para irse, Eleanor se quitó las gafas de sol para observar bien al camarero que desaparecía entre la multitud.

-Quien fuera delantal.- Suspiró fuertemente.

-¡Eleanor! ¡Que tienes novio! ¡Pobre Louis! ¿Ya no lo quieres?- Nos echamos a reír.

-Sabes que si lo quiero, con toda mi alma y mi corazón.-Acto seguido sonrió como una tonta enamorada. - Pero que mal hace ver a semejante regalo a la humanidad.-Me guiñó el ojo y dejó el menú encima la mesa.

-Definitivamente estas loca.-Las dos estallamos a carcajadas, Eleanor sinceramente, era la mejor amiga que podía tener, junto con Danielle todas las “amigas” que tuve fueron por interés, mi padre además de ser camarero, era el encargado de ese restaurante y conocía a gente importante por así decirlo, conclusión, interés. Els no, ella era una amiga de verdad y me encantaba estar con ella.

-Bueno, muchas gracias, pero tu.-Dijo señalándome con el dedo.-no te quedas atrás querida amiga.

Se quedó mirando a un punto fijo en la puerta de entrada, y por más que pasaba la mano delante de su rostro, parecía estar absorbida.

-Deja al camarero ya en paz, lo vas a gastar...- Suspire fuertemente.

Mientras ella solo negó con la cabeza. ¿No pensaba dejar de mirarlo o no miraba al camarero? Me giré de golpe, sorprendiéndome al ver a un chico de pelo rubio acompañado de una chica morena. Tragué saliva, no podían estar en el  mismo sitio que nosotras.

-Dios, no puede ser.-Dije bajito, pero al parecer mi amiga me escuchó.

-Si, es un dios, tu misma lo has dicho.

-¡No tonta! No es eso, lo conozco.-Ella no dijo nada solo lo miraba.-Por dios deja de mirarlo que nos va a ver.

-Espera, que has dicho, ¿que lo conoces?-De repente sentí una mano en mi espalda cerca de mi cintura, por favor que no sea el, que no sea el.

-¡Hola!- Se apresuró en decir ella antes de que mi boca se abriera para dejar ir una palabra.- Encantada, soy Eleanor.- Sonrió se levantó cordialmente le dio dos besos, como si lo conociera de siempre hasta que se encontró que su mano estaba unida con la de una chica a su lado. -¡Oh hola!- Sonrió y también le ofreció dos besos. Carraspeé fuertemente, y sonreí a las tres miradas atentas que se giraron a verme.

-Hola Niall.- Dije seca y cortante.- ¿Que haces por aquí?-Intente sonar “amable” si es que eso se podía, porque en esos momentos la simpatía no sé donde se escondió.

-Hola, pues creo que lo mismo que tu.-Dicho esto levantó una de sus cejas y me miro como si hubiera tensión sexual entre nosotros, aunque, seguro que fueron alucinaciones mías.