Capítulo 3.

Un golpe en mi puerta hizo levantarme de golpe. Estaba en mi cama, como después de ducharme. Con los auriculares aun puestos, y la música en aleatorio, pero ni rastro de Niall. Todo había sido un sueño. 

Papá me avisó de que la cena estaba lista, ¿Ya había vuelto de trabajar? Puse mi mano en mi frente al sentarme en la cama, el reloj marcaban las once de la noche. Bajé las escaleras, y no pude evitar de clavar mi mirada en el sofá. Me aterraba la idea de que ese sueño fuera algo más que eso... Simplemente un sueño. Salude a mi padre y cené rápidamente, aunque parezca imposible todavía tenia sueño, no dicen que ¿mientras mas duermes mas quieres? Pues aquí esta la prueba. Me retire de la mesa no sin antes darle a mi padre un beso de buenas noches el cual el respondió con uno en mi frente, adoraba que hiciera eso, me sentía protegida, mi madre siempre lo hacia y me hacia sentir bien. Me cambie de ropa para ponerme la adecuada para dormir, fui al servicio, cepille mis dientes y deje mi pelo suelto, no puedo dormir con coleta, es súper incómodo, abrí las calientes sabanas de mi cama y de nuevo me puse mi móvil,  no podía dormir sin música. Pasados unos 15 minutos caí en los brazos de Morfeo.

Los pequeños rayos de sol ya entraban por las rendijas de mi ventana, pero no les di la menor importancia así que seguí durmiendo, estuve ahí unos cuantos minutos hasta que me levante de golpe, mire mi despertador, ¡las 9:55! ¡La clase de golf era a las 9! Me levante corriendo de mi cama y empecé a buscar el chándal de hoy, me vestí lo mas rápido que pude, por suerte ya tenia el bolso hecho de ayer, una cosa menos, cogí el bolso me lo colgué y baje las escaleras de dos en dos, fui a la cocina a por una manzana para el camino, mi padre estaba desayunando tranquilamente, ¡que buena vida la de el!

-Llegas tarde- Dijo sin levantar la vista del periódico a la vez  que sorbía su taza de café.

-Lo sé, lo sé.-Le dije sin detenerme en busca de la pieza de fruta.- ¿Porque no me despertaste?-Él tan solo tiro sus hombros hacia atrás. Suspiré fuertemente, le di un beso sonoro en la mejilla, se giró sonrió y yo abrí la puerta, bajando las escalera hasta el ultimo piso, pues no tenia tiempo de coger el ascensor. Corría a zancadas por la calle, evitando la gente que pasaba por allí, chocándome con quien pasaba a mi paso. Niall me mataría, si ayer quería matarlo por su retraso de quince minutos, el hoy me querría ver muerta por mi retraso de una hora. 

Tiré de la puerta, no salude a nadie, y ni tan siquiera me importo entrar corriendo en un sitio de tanto alto "standing". Toda esa gente realmente rebosante de dinero que tomaba el té en el adinerado salón, se giraron tan solo para ver mi aparición estelar. La verdad no se porque corría, tenia un retraso de una hora, ¡una hora! Por dios era más que obvio que Niall se habría marchado ya, o a lo mejor no, a lo mejor siguió esperando, seguro que no, no creía que fuera tan tonto para esperarme, entre pensamiento y pensamiento llegue al campo y ¡Sorpresa! Al parecer si era tonto, por que ahí estaba, sentado en el pasto verde a lo indio y con una cara de mal humor que daba miedo. Me acerqué lentamente, intentando pasar desapercibida pero fue en vano me vio nada mas poner un pie en el campo. 

Cuando me vio se levanto rápidamente y se dirigía a mi, sinceramente, tenia miedo, pero no me detuve yo seguí andando hacia el cuando ya estábamos a escasos centímetros se abrió su boca para lo que seria un gran sermón.

-¡¿Impuntualidad la mía?!- Gritó aún que por la proximidad no hubiera echo falta. Yo por mi parte no contesté.- ¡Hoy no hay clase!- Tiró su toalla a mis pies y empezó a andar pasando por mi lado, chochando su hombro con el mío. Me giré, no sin antes agacharme a por la toalla. No podía decir nada, tenia razón, pero no pensaba tolerar que me hablara de esa manera. ¡Oh no! Reaccioné minutos antes de que el partiera, pero lo tomé por el brazo justo antes que saliera del limitado campo de golf.

-¡A mi no me chilles!- Ahora la que lo hacia era yo. Tan siquiera se giró.

-Me tengo que ir, la hora ha acabado.- Remarcó la ultima palabra, pero no levantó la voz en ningún momento, tiró de su brazo aún cogido por mi y dio un paso. Me encendí de golpe, arranque con un ataque de rabia.

-¡Pues conmigo mañana no cuentes!-Se dio la vuelta y vino hacia mi.

-¿Te crees que esto es un juego? ¿Te crees que tu aquí vienes cuando te da la gana o que puedes hacer lo quieras? ¡Pues no! ¡Yo me tomo enserio mi trabajo! ¿Si no te gusta el golf que haces aquí? ¿Eh?

-Es que tú te crees yo hoy he llegado una hora tarde por que he dicho: ¡Bueno hoy llegare una hora tarde! ¡No tengo nada que hacer, así que molestemos un poco a Niall! ¡Pues no!-Ya estaba bastante sulfurada.- ¿Y quieres saber que hago aquí? Bien yo te lo diré sin ningún problema, estoy aquí por obligación, ¿vale? Mi padre me obligo a venir porque a mi madre le encantaba el golf, para mi madre el golf era su vida y mi padre quiere que venga aquí para hacer lo que mas le gustaba  a mi madre, exacto, le gustaba, ¿por qué? Por que esta muerta.-En ese momento note como unas cuantas lágrimas salían de mis ojos, pero me las sequé rápidamente.-Por eso estoy aquí, para cumplir el sueño de mi madre de llegar a ser un gran golfista. 

Bajé la mirada apreté su toalla que aún tenia entre mis manos cuando noté que sus brazos tiraron de los míos y me cobijó entre ellos. Noté el bombear de su corazón bajo mi cabeza, y como sus extremidades apretaban fuertemente mi espalda.

-Shh- Susurró en mi oreja.- No puedo soportar ver las chicas llorar- Repetía una y otra vez. No lo pude evitar y comencé a llorar era inevitable, por eso nunca quería tocar el tema de mi madre, fue hace 3 años pero aun dolía. Sus brazos dejaron de hacer presión en mi, y yo hacia minutos que había dejado de llorar. Al separarme lentamente puede ver que su mirada estaba perdida en algún punto del campo.  

Al girarme, la vi, con el pelo negro, ojos marrones, alta, vestida con un sutil vestido de verano, unos tacones... Y avanzaba  dirección donde nos encontrábamos nosotros.

-Ah, perdona.- Reaccionó él.- Debo irme.- Sonrió.

-Pero... Lo siento.- Le dije antes de que se girara del todo para irse. Me guiñó un ojo.

-Olvidado, hasta mañana. -Cogió la toalla de mis manos y su bolsa, y se dirigió hacia ella, por favor que no sea quien yo creo que es, ¡por favor! Pero pronto mis ojos vieron lo ultimo que quería ver en ese momento, Niall le dio un beso a esa chica, si, en los labios, definitivamente era su novia, en ese momento fue como si me tiraran un balde de agua bien fría, lo mejor que podía hacer era irme de ahí así que cogí mi bolsa, y me dirigí hacia la salida. ¡Dios Melany! ¿Eres tonta? No te debe de importar si tiene novia o no, el no te gusta ni nada por el estilo. Si te gusta. Vaya, parecía mentira, mi querida conciencia apareció para enzarzarnos en una de nuestras típicas peleas. 

Me dirigí al vestidor, era la primera vez que entraba allí, pues tampoco hacia tanto que pertenecía al club. La blanquecina pared, acompañado por un blanco suelo, todo de baldosines, hizo que cerrara varias veces los ojos al deslumbrarme.  Acompañándolo había tanto en la pared izquierda como derecha, un centenar, entre las dos, de casilleros azules chillones, con números y llaves colgando. 

Abrí una, cualquiera, con tal de meter mi bolsa, sacar el neceser una toalla y poco más. A pesar de no haber echo la clase, pensaba aprovechar mi alta cuota mensual, para ducharme y relajarme allí ahora que no había nadie.