domingo, 19 de agosto de 2012

Capítulo 1.


El asqueroso sol calentaba mi cabeza produciéndome unos sofocos de calor, causando que mis mejillas se enrojecieran y por mi frente resbalaran gotas de sudor.
Bufé pero no me moví de mi sitio mientras sacudía varias veces mi cabeza pues en breve llegaría mi profesor. Moví mi muñeca para alcanzar divisar la hora que marcaban las agujas del reloj. ¡Veinte minutos de retraso! ¿Acaso pretendería que le pagara toda la hora entera? Estaba tan nerviosa, estaba allí no por devoción, y el calor de los meses de verano agudizaba mi vagueza. Puse una mano en la maleta alargada acabada en unas enormes ruedas. Me iba, estaba harta de esperar. 

Cogí la bolsa y me la colgué rápidamente en el brazo, ¿y la puntualidad es la mayor prioridad de este sitio? Já y una mierda. Estaba a punto de echar a andar cuando a lo lejos se divisaba a un chico, se podía decir que de mi edad, venia corriendo hacia a mi, con una bolsa igual que la mía, si este era mi profesor, que se prepare.

-Per...Perdón, siento la impuntualidad.-Dijo mi profesor con la respiración agitada.

-¿Se supone que en este sitio la puntualidad es una cosa primordial no?-Contesté sin mirarlo a la cara. Hizo una sonrisa sonora, pues no lo observaba pero lo oí perfectamente.

-¿Empezamos?- ofreció abriéndose paso entre el verde prado, adelantándome. ¡Oh no! Pensé, no iba a hacer clase, hoy no.

-Pues la verdad, hoy no me apetece.- Puse la mano nuevamente en la mochila y reanudé mi marcha. Se quedó parado allí, y cuando ya estaba a varios metros. Su voz se alzó para que mis oídos alcanzaran oírlo.

-Te la voy a cobrar igualmente.- Mientras reía. ¿Que me iba a cobrar? Emprendí mi marcha hacia el para aclararle un par de cosas.

-A ver, ¿pretendes cobrarme esta clase después de haber llegado casi media hora tarde?-Me defendí.

-Me he disculpado por mi retraso, ¿eso no te basta?-Me dijo mirándome a los ojos, en ese momento me estremecí, prácticamente me perdí en sus ojos, tenían una forma especial y qué decir del color, eran azul turquesa con líneas amarillas, no había visto unos ojos tan perfectos en mi corta vida, su pelo era rubio, sin duda teñido pero perfecto, luego su boca, tenía aparatos pero era perfecta, nunca unos aparatos me habían detenido, sus labios, muy apetecibles, para que mentir, y el labio inferior un poco mas carnoso que en superior. Cabeceé y él tomó mis manos, provocando que caminara detrás de él. No sabía como pero sin cruzar ninguna palabra más había accedido a hacer esa clase, que entre tantas cosas, duraría unos aproximados veinte minutos. Llegamos a un punto, no supe a cual, veía todo el campo realmente igual, sacó un largo palo de metal y lo puso entre mis manos y de su bolsillo sacó unas bolas blancas depositándola sobre una especie de soporte. Se cruzó de brazos  delante de mí esperando alguna reacción por mi parte, pero no me moví.

-¿Que hago?- Pregunté tras varios minutos en silencio y sin movernos. Por su parte respiró fuertemente, deshaciendo el cruce de brazos, y avanzando hasta mí.

-Dale a la bola con el palo.- Dijo como si se tratar de lo más obvio del mundo.

-No me trates como si fuera tonta.-Al decir esto el empezó a reír a carcajadas, cosa que me molesto-¿De que te ríes? No tiene gracia.

-Si la tiene. -Siguió riendo. ¡Dios! Hasta riéndose es perfecto, ¿pero que dices? ¡No sabes ni como se llama! Aunque eso se arregla fácilmente.

-¿Como te llamas?-En ese momento paro de reír, mientras me miraba fijamente.- ¿Que pasa? Eres mi profesor, ¿te tendré que llamar de alguna forma no?

-Si, claro, me llamo Niall Horan, y tú, creo recordar que te llamas, ¿Melania Antelo? ¿Puede ser?

-Melany, por favor.-Dije levantando una de mis cejas. Sonrió y con un brazo hizo el ademán de que procediera con su breve explicación. Bajé la mirada, posicioné los pies como había visto hacerlo en tantos miles de videos de mamá y... ¡Juro que quise hacerlo! Pero no lo hice, dejé caer el palo, y crucé mis brazos. Sus ojos se posaron sobre mí, pero yo no lo miraba.

-¿Que?- Pregunté incomoda ante su mirada acosándome.

-¿Porque te pones así?- Dijo arqueando una ceja.

-Porque no, porque esto no es para mi, ni tan siquiera se que hago aquí esto si no me gusta.- Respiré una bocanada de aire. -Y no me sale, es demasiado, difícil para mí. - Tomó un palo me miró queriendo que le prestara mi mayor atención, cosa que hice bastante a regañadientes.

Con la facilidad que seria propia de robarle un caramelo a un niño pequeño, golpeó la bola, la cual voló unos metros hasta caer de nuevo en el verde prado por el efecto de la gravedad. Arqueó una ceja mirándome. ¿Pretendía que hiciera lo mismo? Pero no me moví, ni hice el esfuerzo. Resopló y se acercó a mí. 

El corazón me dio un vuelco y mi mirada quedo fija en el verde suelo al sentir sus manos deslizarse por mis brazos desde mi espalda, sus pies tocar levemente los míos, y llegar a coger mis manos que sostenían el palo de metal.

-No es tan difícil.-Dijo en un susurro, el cual me hizo estremecer, aún tenia mis manos sujetas cuando note que movió el palo un poco a la izquierda, para después golpear la pequeña pelota, esta salió disparada a Dios sabe donde, cosa que poco me importaba, en lo único que pensaba era en el perfecto profesor que aún tenía mis manos cogidas, pero todo lo bueno tiene un final, y yo no iba a ser la excepción, se paró delante mía para mirarme de nuevo.

-¿Lo tienes o no?-Me dijo alzando levemente una de sus cejas.

-Si...Supongo.-Sinceramente este chico me había dejado tildada después de su pequeña ayuda. No había nacido para eso ni mucho menos, pero por ella debía hacerlo. Sacudí la cabeza, mientras mi cuerpo aún tenía la piel erizada por su roce. 

Realmente quería volverme loca. No, la verdad es que no, él era mi profesor, aún que tuviera mi misma edad, él hizo esa acción para enseñarme, ni tan solo se le había cruzado por la cabeza nada que no fuera relacionado con enseñarme a jugar a golf. Le di a la bola, completamente distraída, para luego mirar a esos ojos azules para obtener una confirmación por parte de él. Sus ojos se encontraron con los míos, al parecer no me había quitado ojo de encima en todo ese tiempo.

2 comentarios:

  1. Aiiiiins, por fiiin vuelvo a leer capituloos tuuuyoooooooos:) quee iluu jejejejeje.
    Bueeeeno, bien empieza la historia...Profesor de golf...Ahí va ha haber mucho roce me da a mii hehehehehe, molaaa!
    Y jooowe, pues decir que estoy emooocionaadiisisisisisima por poder volver a leer proque todos tus fics me encantan, pero veo que este empieza bien con tantas descripciones...Casi muero yo de amor al leerlo así que, leere cada capítulo con tiempo, atención y dedicación:)
    enserio, empieza geeniaal!
    Unbeesaazo

    ResponderEliminar
  2. Buuenas Buenass ;)
    Dios Melany tu no paras, acabas una fic y enseguida empiezas otra, cosa k es de agradecer ya k me encantas siempre tus historias k son tan diferentes pero a la vez perfectas y esta en concreto tiene muy buena pinta.
    Bssts Wapa,
    sube pronto porfis ^^

    ResponderEliminar